Tras denunciar un incremento de las políticas de Washington contra el régimen cubano, Castro reiteró su oferta de “diálogo respetuoso” con el Gobierno de Barack Obama y “la sincera voluntad de Cuba de solucionar definitivamente el diferendo” bilateral.
Resaltó que, tras un año de mandato, la Administración Obama ignora los reclamos dentro y fuera de su país por un cambio de política hacia la isla, y dijo que el “enemigo está tan activo como siempre”.
Como ejemplo, mencionó el caso de un estadounidense que fue detenido en la isla el pasado 5 de diciembre, supuestamente por haber distribuido ordenadores portátiles, móviles y otros equipos tecnológicos, y sobre el cual el Gobierno cubano no había hecho ninguna mención oficial hasta ahora.
La única información sobre el caso fue suministrada esta semana por el Departamento de Estado en Washington, que afirma haber pedido reiteradamente a las autoridades cubanas que le permita acceso consular al detenido.
Según Castro, ese ciudadano norteamericano fue denominado “eufemísticamente” por EEUU como un “contratista” del Gobierno, y dijo que se dedicaba al “abastecimiento ilegal con sofisticados medios de comunicación vía satélite a agrupaciones de la sociedad civil” que ese país aspira a conformar en contra del pueblo cubano.