En el bicentenario de los hechos que relata, España en 1810. Memorias de un prisionero de guerra inglés (Renacimiento) es el título de este libro que en su época alcanzó una enorme popularidad, ya que, según sus editores, “no deja de ser un tipo de libro de viajes y de aventuras en el que se encuentran interesantes observaciones sobre España y los españoles durante la guerra”.
Estas observaciones no se ven libres del tópico, como señala en esta edición Moreno Alonso, al referirse a cómo el general inglés, cuyo “mediano conocimiento de la lengua española le permitió captar en directo aspectos y detalles de los españoles que le dan a su relato una indudable autenticidad”, creyó que las tropas españolas no combatían los domingos.
Blayney describe la acción de Fuengirola, en la que cayó prisionero y en la que, entre los días 12 y 15 de octubre de 1810, una pequeña guarnición de polacos, a las órdenes de los franceses, contuvo a un ejército hispano-luso-germano-británico mucho mayor al mando del propio Blayney.
El general inglés describe el sitio de Cádiz tras la caída de Sevilla en manos francesas en enero de 1810, cuenta cómo campesinos armados hicieron retroceder a las águilas napoleónicas en la Serranía de Ronda y el “gran descontento” de la ciudad de Málaga tras ser ocupada por los franceses.
Igualmente detecta Blayney la desconfianza que los ingleses suscitaban entre los españoles, hasta el punto de que en Ceuta quitaron todos los cañones de la ciudadela en que se alojaron las tropas británicas, y llega a sorprenderse del patriotismo de los españoles, que hacen la guerra al francés “sin que tengan la esperanza ni el deseo de una recompensa pecuniaria”.
El general recoge observaciones de docenas de pueblos y ciudades pero, según Moreno Alonso, su silencio es “intencionado” cuando pasa por Bailén (Jaén) y no dice ni una palabra sobre la famosa batalla, tan sólo que se trata de “un pueblo poco importante, situado a unas cuantas leguas de Andújar”.