Como ciudadanos “no estamos dispuestos a asumir, por un lado, la insensibilidad para con el medio ambiente de nuestras administraciones y, por el otro lado, no aceptaremos malas gestiones que desemboquen en que la ciudadanía deba cargar con las consecuencias económicas de actuaciones municipales al margen de la legalidad”. “Nuestros representantes en el Ayuntamiento deberían recordar a su vez que su pan de cada día es percibido gracias a todos los ciudadanos y esto implica que deben realizar actuaciones en beneficio de la ciudadanía y no en su contra, tanto económica como medioambientalmente”, añaden los conservacionistas.
Como colectivo ciudadano “exigimos que se advierta a próximas empresas interesadas en este proyecto de los impedimentos legales y medioambientales existentes en estos terrenos, ya que la zona del Algarrobo (según criterios de BirdLife International) debería estar declarada de importancia mundial por ser un pasillo migratorio de aves de características únicas (declaración ésta que actualmente se encuentra en trámite)”.
También su situación estratégica entre dos parques naturales “sólo permitiría las construcciones si se alegan consideraciones relacionadas con la salud humana y la seguridad pública, o de primordial importancia para el medio ambiente, o bien (previa consulta a la Comisión Europea) otras razones imperiosas de interés público de primer orden”.
El Colectivo Cigüeña Negra está convencido de que “un campo de golf con hotel, balneario, 702 viviendas, infraestructuras de ocio y deportivas no pueden considerarse de interés público”, más aún estando de por medio “el informe Auken del Parlamento Europeo, de 2009, sobre urbanización extensiva en España y su impacto sobre los derechos de los ciudadanos europeos y el medio ambiente”.