La organización conservacionista WWF ha reclamado hoy al Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), con motivo del 24 aniversario de la catástrofe de Aznalcóllar, un nuevo plan de restauración hídrica del Espacio Natural de Doñana que haga retornar las aguas del Guadiamar a sus marismas.
El 25 de abril de 1998 se rompió la balsa de residuos de la mina de Aznalcóllar, que vertió al Guadiamar unos dos millones de metros cúbicos de lodos y otros cuatro de aguas contaminadas, en una riada de 500 metros de anchura que recorrió 62 kilómetros, aguas abajo, hasta Entremuros, tramo final del Guadiamar y límite del Parque Nacional de Doñana.
Hoy, 24 años más tarde, WWF quiere poner el foco en la necesidad de ese nuevo plan hídrico: "El Miteco, en este nuevo ciclo de planificación hidrológica que se está llevando a cabo en el Guadalquivir con la redacción del plan hidrológico del río, debería incluir esa nueva restauración", ha indicado a EFE el coordinador de WWF para Doñana, Juanjo Carmona.
"Consideramos imprescindible que en el Plan Hidrológico del Guadalquivir y en el desarrollo de las actividades que el mismo va a tener, haya un plan de restauración hidrológica, como tuvo en su momento el Doñana 2005", ha señalado.
Y ello, ha añadido, "porque quedaron asignaturas pendientes que afrontar en su momento por diferentes cuestiones tanto técnicas, como ciertos miedos a que determinadas aguas regresaran a Doñana por la carga contaminante que pudiera tener después de que fueran desviadas".
Carmona cree que es el momento de "afrontar los nuevos retos a los que se enfrenta el espacio natural, relacionados la mayor parte de ellos con el cambio climático" que ya ha provocado que "las marismas lleven casi un lustro sin recibir agua, que los datos de crías de determinadas especies de aves en primavera estén siendo bastante malos y que en invierno las aves que vienen si mantienen los números es porque van a los ecosistemas artificializados que se han creado alrededor de Doñana".
Ante esta situación, ha incidido, el Miteco, en el marco de la planificación hidrológica del Guadalquivir, "debe poner en marcha un plan de restauración, que se podría llamar Doñana 20-30, que afronte la necesidad de que esas aguas del Guadiamar que en su momento quedó separado de Doñana retornen al espacio natural".
Por último, ha remarcado la importancia de rebajar la presión de los regadíos en la marisma norte de Doñana -en municipios como Alznalcázar y Villamanrique (Sevilla)-, tanto en aguas subterráneas como superficiales "para garantizar que un espacio único en el mundo como Doñana pueda tener futuro".