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En román paladino

Callejero, pandillero, tabernario

El retroceso en el que está entrando España es más que preocupante

Publicado: 26/05/2022 ·
09:25
· Actualizado: 26/05/2022 · 09:25
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  • La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo. -
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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Es todo un programa político posmoderno. Es la novísima antipolítica inyectada en vena. Es lo que ha proclamado Isabel  Díaz Ayuso, flamante presidenta del PP madrileño,  cargo logrado tras el derribo exprés de su anterior amigo y compañero de Nuevas Generaciones, Pablo Casado, el denunciante  de la corrupción interna descabalgado.  Casado emula -a la baja- a   Hernández Mancha en el santoral de presidentes de AP/PP.  Fueron presidentes pero son borrados de su relato oficial. Como hacía Stalin con Trotski, “mutatis mutandis”.  No han existido.   La afirmación  de Ayuso, que ha impresionado a filósofos y politólogos  sin excepción,  fue que el PP de Madrid es un partido  “pandillero, callejero y tabernario”.  Es una incógnita  conocer cuál es la opinión del  presidente  -y ya senador del Reino, por la nacionalidad  histórica de Galicia-  Alberto Núñez Feijóo,  de tan conspicua proposición política.  Con la que está cayendo en Madrid con las bandas y pandillas y con las agresiones grupales de manadas en toda España no parece el mejor ideario de convivencia lo de “pandillero, tabernario y callejero”.  Columnistas tiene la derecha para que reflexionen sobre ello.

Lo de nacionalidad histórica define a la comunidad autónoma de Galicia en  el artículo 1 del Estatuto de Galicia. Y así ha gobernado Feijóo  desde 2009 a 2022. Son años,  para que  ahora vengan a asustarse algunos paniaguados preconstitucionales  que no han leído el articulo 2 de la Constitución Española,  que “reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones”.  Feijóo, después de alabar la nacionalidad catalana en Barcelona,  ha ordenado parar. Que nadie hable de nacionalidades en España. Por miedo a Vox. Que nadie le recuerde el Estatuto de Andalucía, ni en elecciones,  que dice lo mismo que el gallego en su artículo 1: Andalucía, nacionalidad histórica. El retroceso en el que  está entrando España es más que preocupante. Temas que se zanjaron  en el debate constitucional son abiertos en canal por aprendices de brujos que creen estar descubriendo  España o  que se la quieren apropiar como predio exclusivo. Ya lo ha dicho con claridad el vicepresidente de Vox de Castilla y León,  Juan García-Gallardo. Ha sentenciado que el Estado de las Autonomías  es “un engaño para todos, una estafa para España. La ruina para los españoles…Un lujo que no nos podemos  permitir”.  De su nómina, ni pío. ¡Vaya socios!

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