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Campo de Gibraltar

La otra esperada reapertura del Estrecho: el retorno de los cruces a nado

Uno de los grandes retos deportivos en aguas abiertas retoma la actividad tras dos años

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  • El primer cruce de la temporada. -

El paréntesis de dos años que la pandemia ha establecido en todos los ámbitos no ha sido menos en el cruce a nado del Estrecho de Gibraltar, una prueba que había alcanzado un alto grado de especialización que pasaba por un gran momento cuando llegó esa interrupción. Este mes de junio han regresado los cruces, uno de los referentes deportivos del Campo de Gibraltar. Los primeros nadadores en atravesar a nado el tramo que separa Europa de África han redescubierto esta prueba, que ya pone en marcha toda su maquinaria.

La organización de la actividad corresponde a la Asociación del Cruce a Nado del Estrecho de Gibraltar (ACNEG). Una de sus responsables es Laura Gutiérrez, quien explica que esta temporada se prevén 58 cruces. “A nivel organizativo, el principal escollo es que sólo podemos hacer un cruce (de hasta cuatro nadadores) al día. Por el tema de las corrientes y por lo que supone de organización no puede ser más que uno al día”. Para enfrentarse a este reto “hay muchas peticiones, mucha gente que ya lo tenía programado… Por eso no podemos dar fechas demasiado concretas todavía. Antes de todo esto había una lista de espera de unos tres años y ahora no podemos precisar”.

La planificación de la temporada depende también de otros aspectos. “Hay años en los que hay menos días de viento de levante y todo va mejor y años de muchas levanteras, que lo complican todo”, explica.

La ACNEG nació con Rafael Gutiérrez como principal impulsor y como cabeza visible del grupo que hizo de dicha asociación un referente, con un alto grado de especialización en una prueba que ahora es uno de los atractivos de la localidad tarifeña. Fallecido en 2017, sus hijas Laura y Ana son dos de las responsables de la ACNEG, donde un gran grupo humano sigue velando por ese nivel de excelencia de la prueba

Justo cuando ese nivel se había estabilizado entre los grandes referentes mundiales en aguas abiertas llegó la inesperada pandemia. “Estos dos años han sido difíciles, porque son familias las que trabajan en la asociación.”, explica Laura. “Nos las hemos ingeniado para aguantar. Mi padre dejó esto en manos de las personas en las que más confiaba, porque tenemos los sueños de mucha gente entre las manos. Ha sido difícil pero nunca se nos ha pasado por la cabeza la idea de rendirnos. El cierre completo ha sido muy duro y encima nos hemos tenido que alargar en esta nueva normalidad. Si lo han sufrido las navieras, por ejemplo, que son empresas grandes, imagina lo que supone para nosotros”, comenta.

Por fortuna, en este regreso se han encontrado con que “hay lista de espera y siempre hay alguien disponible. El primer año de pandemia, sobre todo, con las piscinas cerradas y restricciones, ha impedido a los nadadores entrenar con normalidad. Algunos han tenido que abandonar por eso, porque no pueden llegar al Estrecho sin el entrenamiento adecuado”, indica. “Aquí vienen muy preparados, por eso tenemos una tasa de éxito tan grande, con casi un cien por cien en los cruces. Por eso este verano vamos a intentar combinar nadadores extranjeros con españoles, que por cercanía, suelen tener más disponibilidad en cuanto a fechas. Con todo, el objetivo es reducir pronto la lista de espera, porque tenemos gente con edad más elevada que tampoco puede esperar demasiado para intentarlo”, narra la responsable de la ACNEG.

La organización que aglutina las grandes pruebas de aguas abiertas a nivel mundial y que convalida los cruces (la World Open Water Swimming Association, Asociación Mundial de Natación en Aguas Abiertas) ha nominado entre las cien mejores pruebas del planeta al cruce del Estrecho. “Nos encantaría estar entre los primeros del mundo. En otras partes también han sufrido estos dos años. Pero estar ahí es una referencia y cuando ves que vienen nadadores que ya han realizado alguna de las otras pruebas te hace ver que sí estamos a un buen nivel de organización”, sostiene Laura Gutiérrez.

Antes del arranque de esta temporada, 711 nadadores han logrado el cruce de ida sin emplear traje de neopreno (la primera, en 1928), una decena ha logrado completar ida y vuelta sin ese material y 16 grupos lo lograron por relevos (sólo ida). Empleando trajes de neopreno, algo que se produce desde 1992, han completado el cruce de ida 881 nadadores, otros tres han logrado completar el cruce de ida y vuelta, entre ellos David Meca en dos ocasiones, y ocho grupos lo han hecho por relevos (sólo ida).

Exteriores, clave
Laura Gutiérrez explica, sobre la interrupción de la actividad durante estos dos años, que “ha sido bastante duro. Íbamos a empezar un mes antes, en mayo. Pero tras la reapertura de la frontera de Marruecos hubo cambios en las tramitaciones de las peticiones, en toda la burocracia. Hemos estado un mes luchando, no hemos podido comenzar como los ferrys y todo lo demás”, narra. “Tengo que agradecer la labor de la Embajada de España, del cónsul de Marruecos, Capitanía Marítima y al gabinete del Ministerio de Exteriores, en general, porque en ese aspecto hemos recibido mucho apoyo”. Pese a todo, apunta, “si todos los años solemos hacer algo más de sesenta cruces, este año intentaremos que sean 58 una vez que reubiquemos los que han quedado pendientes de mayo, que no eran muchos”.

Primeros éxitos
La temporada de cruces arrancó de manera oficial con el primer cruce, efectuado el pasado 7 de junio por un nadador estadounidense y otro español. Dos días después lo hizo otro español. La primera levantera de la temporada frenó los intentos hasta este fin de semana, cuando un cuarteto de nadadores españoles y una nadadora croata han completado también la travesía.

Nuevos retos
Entre los que esperan para afrontar el cruce del Estrecho ya asoman los habituales retos solidarios. Uno de los más llamativos es el del nadador malagueño Luis Portillo, quien intentará un doble cruce, de ida y vuelta, del Estrecho, hito que no se ha repetido desde 2017. Lo hará para recaudar fondos para la Fundación Olivares, que atiende a menores con cáncer infantil del Materno de Málaga y a sus familias. El Desafío Las dos orillas, como ha bautizado su reto, está previsto para la primera quincena de julio, posiblemente el día 11 ó 12 de ese mes, según las condiciones.  Son unos treinta kilómetros en ocho o nueve horas lo que le esperan.

Antes, a comienzos de julio, está previsto el cruce en grupo de cuatro nadadores llegados de Madrid. Su reto, bautizado como Siempre a flote, es un homenaje a la resiliencia de la hostelería española durante la pandemia y una metáfora de la superación personal. Redbull patrocina este reto de los madrileños.

 

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