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Andalucía

Obreros y agricultores, héroes de la ola de calor

Se convierten en auténticos héroes al ejercer sus labores bajo los más de 40 grados que estos días se dejan sentir en la mayor parte de Andalucía

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  • Agricultura. -

En plena ola de calor, con temperaturas extremas, los trabajadores de la construcción y de la agricultura se convierten en auténticos héroes al ejercer sus labores bajo los más de 40 grados que estos días se dejan sentir en la mayor parte de Andalucía.

Las elevadas temperaturas de la ola de calor marcan el quehacer diario de cualquiera, pero especialmente de aquellas profesiones más expuestas al calor, que tienen que adaptar horarios y hábitos para garantizar la salud laboral.

La exposición al calor puede causar efectos de distinta gravedad, desde erupciones en la piel a calambres, deshidratación o un golpe de calor, episodio en el que la temperatura corporal supera los 40,6 grados y que según los datos facilitados por UGT causa la muerte en uno de cada cuatro casos.

Para garantizar la salud laboral, el sector de la construcción comenzó en junio una jornada continua que busca esquivar las inclemencias meteorológicas vinculadas al verano y fija el horario en el tajo de 7.00 a 15.00 horas.

Mario Tejero es uno de los más de 20.000 trabajadores del sector de la construcción de la provincia de Granada y subraya que la hidratación y cumplir los horarios son la clave para minimizar riesgos.

"La única forma de superar días de mucho calor como estos es tirar de agua muy fría, usar ropa ligera, de calidad y clara, y buscar sombras", ha explicado a Efe.

Tejero lleva más de dos décadas trabajando en el sector y reconoce que las condiciones laborales han cambiado y que ahora el trabajo se ordena buscando evitar las zonas de mayor exposición al sol en cada momento del día y manteniendo una hidratación continua.

"Antes se trabajaba de otra manera, de sol a sol, y ahora se cuida más del personal porque una obra a las seis de la tarde es impensable", ha resumido este trabajador pegado a una garrafa helada de ocho litros de agua.

Por su lado, en el sector agrario las altas temperaturas no solo influyen en el rendimiento de las explotaciones, que en muchos casos se ven mermadas hasta el punto de desaparecer la cosecha, sino que sus trabajadores son de "alto riesgo" de sufrir golpes de calor por una deficiente salud laboral.

La provincia de Córdoba ha sido pionera al incorporar en el convenio del campo medidas extraordinarias ante el calor extremo y, no solo el comienzo de la jornada intensiva se adelanta a principio de junio y se desarrolla hasta septiembre, sino que existe flexibilidad horaria a la hora de establecer los turnos en el tajo.

En un cultivo de trigo en la localidad cordobesa de Guadalcázar, Cristina Fernández, investigadora y trabajadora del campo ha indicado a EFE que estos días se sufre "mucho más calor" que en general, aunque la situación ha sido cambiante desde principio de junio.

"Esta segunda ola de calor que aguantamos es más intensa", ha asegurado Fernández, quien ha agregado que lo esencial es una buena hidratación a base de "beber mucha agua" o "refrescos" para aclimatarse "de la mejor manera que se pueda".

El gran problema del trabajo en el campo, frente a la construcción, es que hay "poca o ninguna sombra", como puede ser en una plantación de trigo, por lo que es fundamental ir preparado para protegerse de los rayos del sol.

"A veces buscamos la sombra donde podemos, bajo un frutal", pero lo más sencillo y efectivo es llevar "gorras o sombreros" y sobre todo "protección solar" para evitar quemaduras en la piel por los efectos del sol.

"Es duro, pero uno se acostumbra", ha asegurado esta trabajadora del campo que, junto al de la construcción, son un ejemplo de esos héroes que luchan cada día contra la ola del calor desde su lugar de trabajo para que la rueda siga girando. 

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