“Esto no quiere decir que el cine español haya dejado de tener problemas”, ha matizado el presidente. “Los tiene, como otros sectores económicos y culturales, y hemos de permanecer alerta para que pueda enfrentarse a los retos del futuro”.
El presidente, que ayer recibió en el Palacio de la Moncloa a una amplia representación del mundo del cine español, saludó junto a su esposa, Sonsoles Espinosa, y en presencia de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, al casi centenar de invitados, entre miembros de la Academia Española del Cine, directores, productores y actores, nominados y ganadores la noche del domingo de los premios Goya.
En nombre de todos ellos, el presidente de la Academia, Álex de la Iglesia, agradeció el reconocimiento del Gobierno pero sobre todo “que haya dado los primeros pasos para solucionar uno de los problemas trascendentales para el sector, como es la piratería”.
De la Iglesia transmitió al presidente la necesidad de llegar a un acuerdo –“se impone un consenso social”, dijo– para terminar con el problema, al tiempo que le ofreció “todo nuestro apoyo”.
Rodríguez Zapatero empleó sus primeras palabras en repasar la historia del cine español más premiado, desde Bienvenido Mr. Marshall a los candidatos al Oscar el mes que viene en Los Ángeles, pasando por El espíritu de la colmena o Los santos inocentes, hasta llegar a Celda 211.
“El cine español tiene una salud extraordinaria y, aunque cientos de veces los agoreros han intentado anunciar su muerte, siempre resucita, y lo hace porque forma parte de nosotros mismos y su vigor es nuestro vigor. Que nadie se engañe: un cine español fuerte es y será expresión de un país fuerte”, dijo el presidente.
Ha añadido, asimismo, que, en su nuevo modelo de crecimiento, “las industrias culturales van a tener un papel esencial, y nuestro país cuenta para ello con dos grandes fortalezas: una de las tradiciones culturales más ricas y la difusión creciente de nuestra lengua”.