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Detenido en la Gran Vía un estafador que decía pertenecer al Vaticano

Agentes de la Policía Nacional y oficiales de enlace del FBI han detenido en la Gran Vía de Madrid a un estafador buscado por EEUU que aprovechaba la reputación de una famosa fundación ligada a la Iglesia para imitar su nombre y hacerse pasar por responsable de una organización caritativa.

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Agentes de la Policía Nacional y oficiales de enlace del FBI han detenido en la Gran Vía de Madrid a un estafador buscado por EEUU que aprovechaba la reputación de una famosa fundación ligada a la Iglesia para imitar su nombre y hacerse pasar por responsable de una organización caritativa del Vaticano.

Fuentes de la investigación han explicado a Efe que el detenido, que ha podido estafar 1,3 millones de dólares, había creado una organización ficticia, la Fundación Martín de Porres International, con la que supuestamente recaudaba dinero para niños con necesidades, principalmente en Sudamérica.

Según ha informado la Policía, el arrestado, de nacionalidad boliviana y que se alojaba en un céntrico hotel madrileño, también prometía altos intereses por el dinero, gracias a una estafa piramidal clásica por la cual, los altos intereses se pagan con las cantidades aportadas por los nuevos inversores.

En un principio la pirámide funciona, pero cuando baja el ritmo de nuevos inversores todo se derrumba, ya que no es posible devolver las cantidades aportadas.

El engaño se articulaba sobre supuestas inversiones en varios paraísos fiscales que “garantizaban” un beneficio de, al menos, el 100 por 100 de la cantidad inicial, que sería devuelta en un plazo de 35 días.

El método era una estafa piramidal clásica del tipo conocido como Ponzi, en honor a su creador, Carlo Ponzi, un estafador de origen italiano. Consiste en recibir dinero de inversores particulares y pagar intereses muy altos por ello. Como en un principio la pirámide funciona, gracias a los nuevos ingresos la empresa puede pagar los intereses, pero cuando baja el ritmo de nuevos inscritos todo se derrumba.

La información se ofrecía a través de correo postal, electrónico o llamadas telefónicas.
Se calcula que la supuesta fundación obtuvo 1,3 millones de dólares, cantidad que nunca fue invertida, prestada o distribuida para fines sociales.

Muy al contrario, el dinero se destinaba a pagar los beneficios a otros inversores y también a enriquecer al detenido y a sus asociados. La investigación sobre esta supuesta fundación se inició en el mes de marzo del año pasado y varios meses más tarde la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York emitió una Comisión Rogatoria Internacional.

Los investigadores descubrieron que el detenido, de 70 años, residía en un hotel del centro de Madrid.

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