Está claro que uno de los artífices del ascenso del Atlético Sanluqueño a la Primera RFEF ha sido su entrenador, Antonio Iriondo. Su manera de entender el fútbol se lo trasmitió a sus jugadores. Y no lo tuvo fácil porque ha contado con una plantilla totalmente renovada. No quedaba ningún jugador de la pasada temporada, una situación que necesitaba su tiempo.
El equipo dijo que esto es posibleTras regresar de tierras vascas tras imponerse al Alavés B por 0-1 tocaba Lunes de Resaca, tanto por la Feria de la Manzanilla como en lo deportivo tras un largo desplazamiento. Dejaba claro que “lo miro más por lo futbolístico. El final de la Feria lo hemos vivido desde lejos. La vuelta hasta Sanlúcar fue una fiesta”.
De su futuro tiene claro que “vivo el presente, el momento y el instante. Me centro en eso y no en otras cosas. Trato de mejorar y pendiente de donde la competición nos lleve. Lo importante es que todo el mundo esté contento”.
De lo que fue el partido de vuelta y decisivo en Vitoria asegura que “sufrimos en los primeros cinco minutos. El rival llegaba por las bandas y colgaba balones porque contaba con futbolistas altos. Pero nos fue bien porque cogimos la manijas del juego. Tuvimos ocasiones de gol, el que logramos primero no era de juego y hubo un penalti que no se pitó. Manejamos bien el partido y el resultado está bien”.
Llegó a la sensación que “el equipo dijo que esto es posible, el rival cogió miedo porque con un gol de nosotros esto se acababa”.
De su futuro ironizó al decir que “tras ascender de categoría pasa por almorzar en el Restaurante Poma y en estar de fiesta durante el día”.
Se le preguntó a Iriondo por su próximo destino. Dijo que “voy a viajar a mi tierra para estar con mi familia; mis primos y tíos. Quiero ir a Marruecos, un país que quiero visitar y conocer. No tengo otros planes”.
