El portavoz de Adelante Izquierda Gaditana, David de la Cruz, ha reivindicado el legado de los gobiernos encabezados por José María González, Kichi, en su intervención en el Pleno de Investidura en el que Bruno García ha tomado el relevo como primer edil.
“La historia y el tiempo juzgarán y pondrán a cada persona en su sitio y estoy convencido que para el anterior alcalde queda reservado un lugar especial y señalado en los recuerdos y en la memoria colectiva”, ha asegurado.
De la Cruz se ha comprometido para trabajar ahora “para que estos últimos años no sean una anécdota, sino una inspiración”. Por ello, se ha comprometido a desarrollar una “oposición leal con los derechos sociales, los barrios, con quienes quieren vivir en su ciudad y no ser expulsados, al derecho al hogar, al agua, a los suministros básicos, a la vivienda pública, a la juventud, a la infancia, al feminismo como único camino, a nuestros coles y mayores, a quienes sufren el aislamiento social”.
También ha garantizado al alcalde popular que “no encontrarás denuncias constantes en los tribunales”, como sufrió el anterior gobierno por el PP hasta en quince ocasiones, según aseguró, “el no sin argumentos” o tampoco “escucharás de mi boca calificativos como fascista, flojo, cacique, mentiroso o provocador”.
En esta línea, ha reiterado que el regidor encontrará disponibilidad de su grupo. “Podéis contar con nosotros y nosotras”, ha reiterado. Pero ha recomendado a Bruno García que, “antes de conseguir la Diputación” o “antes que los intereses de partido”, no olvide que está “la gente de esta maravillosa ciudad”. Por ello, le ha recordado que no bastan “las buenas palabras” y, “ante las muchas deudas pendientes”, como Valcárcel, la Ciudad de la Justicia, el nuevo Hospital o las viviendas del Cerro del Moro”, “arranquemos cada proyecto, que no son ni tuyo, ni mío, ni de ningún partido, ni de ninguna administración, sino de Cádiz”.
Al respecto, ha citado a Fernando Quiñones, al apuntar que “se tarda mucho en saber que eres más una ciudad que una persona”, y ha concluido advirtiéndole de que “la honradez no es negociable”.