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Punta Umbría

Rodrigo García presenta su última película, ?Madres e hijas?

Se trata de una película donde se aborda la separación y el reencuentro

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  • Rodrigo García. -
El director colombiano Rodrigo García presenta el próximo viernes en España su nueva película, Madres e hijas, una historia coral sobre la separación y el reencuentro, en la que brilla su protagonista, Annette Bening. Una cinta que no pretende ser innovadora sino “sólo buena”.

“Más que innovar me conformo con que la película sea buena. Que fuera revolucionaria me parecería un milagro; la mayoría de las películas hoy son tan cliché que con sólo proponerse que sea buena, ya sería suficiente”, ha dicho el hijo del premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, en una rueda de prensa en la Casa de América de Madrid.

El autor de cintas tan notables como Cosas que diría con sólo mirarla (2000), o Nueve vidas (2005), ha tardado diez años en escribir el guión de esta película, que cuenta con un ilustre productor ejecutivo, el director de Babel, 21 gramos o Amores perros, Alejandro González Iñarritu.

También director de fotografía, este colombiano criado en México ha afirmado que no adaptará los libros de su padre al cine, porque, ha argumentado, “la película sería secundaría”.

“No me interesa, tengo mis propios temas, mis propias obsesiones. Si hiciera una película sobre una obra de mi padre ésa sería la noticia: el hijo de Gabo bla, bla, bla...”, ha comentado tras reconocer que el asunto le aburre.
Madres e hijas, coprotagonizada por Bening, Naomi Watts, Samuel L.Jackson y Jimmi Smits, cuenta las historias de tres mujeres marcadas por un destino común: la maternidad, el abandono, la adopción, el reencuentro; en definitiva, ha explicado Rodrigo García, “la separación”.

Por eso, ha señalado, “tenía que empezar por la más brutal: una madre que no quiere separarse de su hijo recién nacido, pero se ve obligada a hacerlo”.

“Son las tres caras de una historia, es el mismo problema y las historias van entrelazadas. Siempre supe -ha declarado- que en la escena final se iban a unir las tres, estaban predestinadas a ese encuentro”, aunque ese no sea el final que el espectador espera, sino otro más duro, que, curiosamente, ha indicado, “el público no ve tan duro como yo”.

No sabe si lo suyo es, como en el caso de Pedro Almodóvar, “cine de mujeres”, pero si hay mujeres en el centro de sus películas es “porque me gustan, me interesan, me divierten y me estimulan la imaginación”, ha argumentado.

Además, ha explicado, “me resulta más exótico”, pero también ha reconocido que le resulta difícil escribir historias de hombres “que no hablen de la gran búsqueda, de matar al león, de darle la vuelta al mundo; muchas historias de hombres giran alrededor de empresas quijotescas”.

Por eso le gusta el estilo de Entre copas (Alexander Payne, 2004) que habla de hombres “mediocres, con crisis, pequeñas rencillas”, pero “es una excepción”.

En “Madres e hijas”, los hombres son “buenos partidos”, buenos chicos, comprensivos y cariñosos, por compensar la cantidad de problemas que tienen los personajes femeninos, pero sobre todo para que no puedan “echarles la culpa”.

Ha destacado la facilidad de trabajar con una actriz como Annette Bening, de quien ha contado se aprendió todo el guión, no sólo su parte, para llegar a rodar (la película se hizo en 28 días) en perfecta sintonía con esa mujer cuya vida quedó destrozada cuando, a los 14 años, tuvo una hija que su madre obligó a dar en adopción.

García se lamenta de no conocer mucho el cine español actual, porque “no llega” a Los Ángeles, donde vive, aunque valora a Alejandro Amenábar, Isabel Coixet y Mariano Barroso, y selecciona películas como Los lunes al sol y El orfanato, aunque las que mejor se conoce, dice, son las de otras épocas: las Sauras, Erices, Berlangas.

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