Lo han señalado desde la Protectora a Viva Málaga al hacer su balance de mitad de año: “Termina el mes de junio y el Refugio está saturado”.
Es vergonzoso que las federaciones de caza tengan hilo directo con la Administración y los proteccionistas no; vergonzoso que exista un Instituto de la Caza y la Pesca Continental dentro de la estructura de la Junta de Andalucía y las protectoras no existamosY ponen como ejemplo actuaciones llevadas a cabo recientemente que han aumentado el número de animales recogidos, como una colaboración con la Policía Nacional en el desmantelamiento y decomiso de 140 perros de un criadero ilegal, que han sido repartidos entre distintos refugios, asumiendo la Protectora de Málaga la mayor parte; también, junto con otros refugios, se ha colaborado con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), en el decomiso de una rehala de perros de caza.
Esto, como destacaron “hablando solo de los meses de junio y principios de julio”, porque, del mismo modo, “en estos seis meses, hemos colaborado con la Policía Local de Málaga en cincuenta y un casos de abandono o maltrato”.
Y aunque las estadísticas no pueden recoger todo el drama, sirven para ilustrarlo. Así, según el balance realizado por la presidenta del colectivo, Carmen Manzano, durante los seis primeros meses han entrado en el Refugio un total de 597 animales entre perros y gatos (un total de 403 canes y 194 felinos); de ellos 235 perros y 112 gatos fueron entregados por particulares; 46 perros y cinco gatos, en colaboración con Policía Local; de la perrera municipal fueron rescatados 110 canes y 76 felinos, mientras que fueron tras adopción 12 perros y un gato.
De enero a Junio, el Refugio ha conseguido que se adopten un total de 477 peludos, en concreto, 338 perros y 139 gatos, de aquellos, 258 han sido adopciones de carácter nacional y 43 internacionales, mientras que de estos, 123 fueron nacionales y 16 transnacionales.
Además, gracias al microchip se han podido devolver a sus familias 20 perros y cuatro gatos.
“Desafortunadamente”, destaca Manzano, han fallecido a lo largo de estos seis meses, 11 perros y ocho gatos, mientras que se han visto obligados a aplicar la eutanasia de 11 perros y 11 gatos “por llegar al refugio en tan mal estado que no pudimos hacer más por ellos”.
Manzano ha señalado que “el abandono no parece que tenga fin, mientras la administración no asuma que es su responsabilidad, no la de los refugios, adoptar soluciones razonables que no agoten los recursos de las protectoras”.
Algo que es así porque, asegura, “la administración tiene una labor inspectora que debe llevar a cabo, y no es de recibo decir que tiene falta de medios, porque entonces ¿qué podemos decir las protectoras?”, una labor inspectora que “incluye también el que disponga de instalaciones dignas donde los animales puedan ser alojados hasta su adopción”, que no es solo “un depósito de animales, sino de un lugar donde reciban la asistencia veterinaria que requieran, puesto que cuando se decomisa un animal, el depositario se hace responsable de su bienestar y cuidados”.
Manzano concluye que “hasta ahora, y me temo que así seguiremos, éramos los refugios los que asumíamos este papel y estos gastos, casi nunca reintegrados porque el maltratador aducía falta de recursos económicos”.
La presidenta de la Protectora de Málaga insiste en que “es muy deplorable que mientras la Junta de Andalucía declara BIC (Bien de Interés Cultural) las rehalas y monterías, los refugios nos colapsemos por los perros que se decomisan de las rehalas”, del mismo modo, que “es muy deplorable que se siga subvencionando la tauromaquia y las escuelas taurinas por parte de la Junta de Andalucía y no se apoye el proteccionismo y la labor social que desarrollan las protectoras”.
Por último asegura que “es vergonzoso que las federaciones de caza tengan hilo directo con la Administración y los proteccionistas no; vergonzoso que exista un Instituto de la Caza y la Pesca Continental dentro de la estructura de la Junta de Andalucía y las protectoras no existamos”, por ello se pregunta Manzano: ¿para cuándo un Instituto de Protección Animal y Medio Ambiente?