Acaba de asumir la Presidencia de la Diputación de Sevilla y está dispuesto a que la institución se convierta en contrapeso de esos otros gobiernos y administraciones que están dando un paso atrás en igualdad, derechos o cultura. Pero antes está la cita electoral del 23-J, en la que están “en juego” todos los avances y libertades conseguidos por el Gobierno de coalición, cuya labor defiende a ultranza. Su esperanza y también su confianza la deposita en que los electores voten con la cabeza y desde la reflexión, alejados de la intoxicación.
Encuentro muy pocos motivos para no votar al presidente Pedro SánchezConvencido de que el PSOE podrá reeditar el gobierno de coalición, el presidente de la Diputación sevillana y secretario general del PSOE de Sevilla, Javier Fernández, apela al voto con cabeza y reflexión ante modelos antagónicos y en una campaña difícil, bronca y muy intoxicada.
Han pasado ya un par de semanas desde su toma de posesión y ya hay equipo de Gobierno de Diputación. Resuma las prioridades
–Los programas que hay en marcha, que no entienden de elecciones, y hay que justificarlos y cerrarlos. Les he pedido a diputados y directores de área que inventen, analicen, innoven, que sean valientes, que se equivoquen si se tienen que equivocar, pero que seamos capaces de proyectar una Diputación que sea un motor, actor y palanca muy influyente en todos los territorios. La otra prioridad era cerrar el acuerdo programático con Con Andalucía, lo importante de las instituciones es la estabilidad. Crearemos comisiones de trabajo permanentes para que la institución sea la más importante de Sevilla. Voy a gestionar 2.100 millones de euros en cuatro años y si con esos recursos no somos capaces de gestionar y darle un vuelco a todo, apaga y vámonos.
De ese acuerdo programático, ¿qué es lo más destacable?
–Que hemos identificado las cuestiones donde estamos claramente alineados. Una es la cuestión social y territorial, trabajar por una Sevilla que sea justa, donde todos los territorios tengan las mismas oportunidades y abordar problemas endémicos como agua, residuos, energía, extinción y prevención de incendios para generar una provincia lo más uniforme posible. Y después hay un ámbito social ante el panorama político que se presenta, Diputación va a ser un poco de contrapeso a otros gobiernos e instituciones y administraciones que están dando un paso atrás claramente en igualdad, derechos LGTBI, cultura…
Había dos aspectos en ese acuerdo, vivienda y población rural, que entiendo que hay que tirar mucho de la Junta de Andalucía
–En el discurso de investidura lancé cuatro o cinco grandes retos a la Junta. No tanto retos como exigencias. Mostré mi absoluta lealtad institucional y colaboración pero tiene que ser de doble vuelta. Tiene que haber una VPO andaluza planificada, planteada y con una propuesta seria por parte del presidente de la Junta. Diputación está dispuesta a colaborar en la búsqueda de suelo, facilidad de trámites y en todo lo que haga falta. Pero la pelota la tiene en el tejado la Junta. Igual que en el tema sanitario, ya dije que nos íbamos a erigir en el gran defensor de la sanidad pública y, sobre todo, de la Atención Primaria, porque los alcaldes no me hablan de carreteras sino de Atención Primaria. Fíjese en la Sierra Sur, donde había 31 médicos de cabecera para toda la zona básica de salud y quedan 15, eso es inadmisible.
La otra pata de financiación es del Gobierno central y vamos a unas elecciones...
–Tiene mucho que ver con la puesta en valor del municipalismo. Hay todavía estructuras del Estado que consideran que los ayuntamientos son menores de edad, que tienen que ser tutelados permanentemente. Me niego porque además vengo del municipalismo. Ahora que se aborda una nueva etapa a nivel nacional, que se tiene que abordar sí o sí la financiación autonómica, no deberíamos dejar pasar, ni la FEMP ni la FAMP, que se aborde de manera igualitaria la financiación de los ayuntamientos, no pueden recibir tan pocos recursos para la cantidad de servicios que los vecinos nos demandan. A mí me dijeron que para esto de la política había que tener mucha imaginación, sí, pero si tienes imaginación y tienes dinero, las cosas son más fáciles.
Pero tenemos unas elecciones, puede cambiar bastante o no la situación... ¿Qué posibilidades reales tiene el PSOE de aguantar ese gobierno de coalición?
–Tengo la esperanza de que en estos días la gente vote con la cabeza y desde la reflexión. Esta legislatura ha sido muy complicada, marcada por la pandemia y por las consecuencias económicas y sociales de la guerra. Y, sinceramente, creo que el Gobierno de España ha estado a la altura, ha puesto a la gente en el centro de todas sus decisiones. No tiene nada que ver cómo salimos de la crisis inmobiliaria y financiera, donde el austericidio fue la premisa y la gente que no la había creado fue quien la pagó. Ha subido las pensiones, modificado el salario mínimo interprofesional para dar un salario digno, una reforma laboral que ha permitido eliminar la precariedad y la inestabilidad en el empleo, se ha comprometido con Sevilla en infraestructuras importantísimas como la SE-40 y el Metro, se han puesto impuestos a las grandes fortunas, a las energéticas, a los bancos, se han captado 140.000 millones de euros para que España, en esta revolución económica que se está produciendo, no se quedara atrás como en otras revoluciones. Yo es que encuentro muy pocos motivos para no votar al presidente Pedro Sánchez y espero que la gente, más allá de la pasión, del corazón, de las influencias de tanto poder mediático y programa televisivo, sea capaz de mirarse al espejo y verdaderamente poner en valor el trabajo que el Gobierno de coalición ha hecho. Si es así, el domingo ganará el progreso, la alegría, el avanzar y la consolidación de todos los derechos y libertades que hemos conseguido.
Sevilla parece, según los sondeos, que será una de las pocas provincias en las que resistirá el PSOE...
–Sevilla es el corazón del PSOE de Andalucía y el alma del PSOE de España. La gente en Sevilla sabe lo que sufre cuando la derecha la gobierna y, hoy por hoy, no tiene mucho de qué alegrarse desde que el presidente Moreno Bonilla llegó a la Junta de Andalucía. Ni un solo proyecto emblemático, la deuda histórica con Sevilla sigue avanzando. Es una campaña difícil, bronca, muy intoxicada por temas que o bien no hemos explicado bien o no lo hemos abordado como debiéramos, pero estoy convencido que la gente al final será lo suficientemente coherente, lógica y reflexiva para que Sevilla sea la punta sobre la que conseguir un gran resultado que permita que siga habiendo un gobierno de progreso en España.
¿Existe esa posibilidad aunque digan las encuestas lo contrario?
–Yo creo que sí, porque…
¿Pero el PSOE se lo cree?
–Uno no gana si no se lo cree, para ganar hay que tener ganas de ganar. Hay razones suficientes para que la gente vote al PSOE y reeditar con su voto el gobierno de progreso, por cierto un gobierno del PSOE y de Unidas Podemos en exclusividad, sólo ha habido ministros del PSOE y ministros de Unidas Podemos. Nosotros nos lo creemos. Sabemos que la historia de las dos Españas es verdad, hay una España que piensa en conservador y luego hay una de progreso que ha demostrado que cuando el PSOE gobierna, trae avances. En este país se ha avanzado cuando gobernó Felipe, Zapatero y Pedro Sánchez. Todas las políticas que han hecho a España mejor, más igualitaria, mejor en libertades y derechos han venido de la mano de presidentes socialistas. Y eso la gente lo tiene que valorar. La izquierda siempre plantea avances, la derecha siempre plantea frenos. Y eso es lo que está en juego este domingo.
¿Cómo se moviliza ese voto que todavía está indeciso?
–Nunca escucharás a un dirigente del PSOE poniendo en tela de juicio que la gente vota mal, ni sembrar sombras de dudas sobre Correos ni hablar de pucherazos electorales. Nosotros pensamos que la democracia no se equivoca nunca y que la gente es muy lista. Después de cuarenta y tantos años de democracia lo que le pedimos a la gente es su conciencia, sabe que hay elecciones y que nadie se queje de tener que votar el 23 de julio, que estuvimos 40 años sin poder votar…
Pero hay una parte del electorado que no vivió esos 40 años...
–Pero sí hay que recordárselo. ¿Cuánto hubieran dado nuestros mayores por haber tenido unas elecciones generales un 1 de agosto? No se hubieran ido a la playa por valorar y por fortalecer la democracia. Estamos abogando a la conciencia. La gente sabe que el 23 de julio hay elecciones hasta tal punto que en Andalucía ya hay 400.000 votantes por correo y unos 100.000 sevillanos ya han votado. Sabe que hay dos modelos completamente diferentes y antagónicos, el que representa la derecha con sus recetas clásicas de austeridad, recortes, ajustes y discriminación, y después un gobierno y un PSOE que aboga porque todo el mundo camine a una mínima velocidad en cuanto a dignidad y posibilidades de futuro.
¿Y si no se alcanza esa alta participación?
–Va a haber una importante movilización. Cuando ves un programa que entrevista al presidente y hay 4 millones de personas frente a la televisión o un debate con seis millones y medio, eso es señal de que verdaderamente hay interés. El domingo lo sabremos, pero habrá una participación importante porque la gente sabe lo que se juega. Esto va de libertad, esto sí que es la verdadera libertad y el que verdaderamente ha sido capaz de asimilar en conciencia lo mucho que nos jugamos, va a abrir un hueco en su día de playa y en sus cuarenta y tantos grados para depositar su voto, su derecho, que ha costado mucho trabajo en España como para que ahora perdamos una oportunidad de estas características.
¿Y los jóvenes?
–La parte de los jóvenes es muy importante… hemos hablado de vivienda, empleo, SMI, reforma laboral, cultura, derechos LGTBI, igualdad…. ¿dónde, de esas políticas, no están reflejados los jóvenes? Son los grandes beneficiados de todas esas políticas y de que en España haya un gobierno de progreso. Yo no creo que el joven esté relacionado con el pasotismo. Y vamos a pedirle el voto a los jóvenes y a las mujeres, que se están viendo los acuerdos que está firmando el PP con Vox… A mí no me asusta Vox ni quiero azuzar el concepto del miedo a Vox, a mí me preocupa la derecha que se derechiza aún más con Vox, éso es lo que más me preocupa, la derechización del PP. Y sobre todo, no lo que dice, sino lo que hace Vox cuando gobierna, con la bandera LGTBI o cuando habla de la violencia de género como de peleíllas de matrimonio que algunas veces se va la mano... Una de las grandes consecuciones que hemos logrado como país es entender que la violencia de género no es un problema de una mujer o de un matrimonio, es un problema de toda la sociedad. Cuando una mujer es asesinada, se muere una parte de la sociedad, una parte de nuestra dignidad como seres humanos.
¿Y después del 23-J?
–Victoria del PSOE, gobierno de progreso y a seguir construyendo la mejor España. Creemos en la democracia e insisto en que estamos muy confiados. Salimos a ganar, somos un partido de gobierno, de mayoría, que tiene su razón de ser en ganar elecciones porque ahí es donde somos capaces de cambiarle la vida a la gente. No estamos pensando en el 24, estamos pensando en que el 23 haya un resultado nítido y claro, que sea una victoria del PSOE.
