La primera de ellas -a falta tan sólo de concluir la pintura de algunas vigas- ha estado encaminada a la erradicación de termitas y a la prevención, colocándose 2.104 válvulas en cabeceras de vigas y muros con cápsulas recargables de un líquido que impregna la madera formando una barrera química. Igualmente se ha pintado y protegido la madera de la estructura de la cubierta y del entresuelo con varias manos de pintura fungicida y antixilófagos.
Para terminar, se han nebulizado en frío determinados lugares más expuestos a las termitas y se han puesto portacebos –incluso en el suelo- dentro de agujeros en los que se han introducido pequeños trozos de madera envenenada.
El segundo proyecto, ya concluido, ha consistido en la sustitución de ventanas de madera en mal estado debido a los ataques de termitas y a la humedad, por otras de aluminio lacado en blanco que mantienen el mismo despiece y palillería de las reemplazadas.
El tercero y último, que se encuentra en los últimos remates, consiste en la pintura parcial del interior y total del exterior del edificio, y la sustitución de un canalón perimetral de la cubierta interior del patio.