Este anuncio se produce dos años después de que un desprendimiento de parte de la fachada obligara a cortar al tráfico la avenida Blas Infante durante un año.
Los propietarios de las viviendas afectadas, en la zona situada entre la prolongación de la avenida Blas infante y Plaza Mayor, señalaron ayer que esta última etapa de la segunda fase se centra en la colocación de una estructura metálica para las ventanas.
La confirmación de los plazos de julio viene dada toda vez que los seis vecinos que han tenido que ser reubicados en alquiler han sido avisados por la constructora de que las tareas están a punto de finiquitarse.
Siguientes fases
Esta buena noticia viene acompañada de otra declaración de intenciones que se cruza con una eventual conclusión de los trabajos en un horizonte próximo.
La empresa Corsán, constructora del edificio, decidió hacerse cargo de los gastos iniciales derivados de la reforma de la primera y segunda fase hasta que las aseguradoras se pusieran de acuerdo en el porcentaje de responsabilidad de cada parte. En concreto, las otras partes con responsabilidad son el arquitecto, los aparejadores y la empresa mixta Somixur. Por su parte, los vecinos no deberán abonar nada en este proceso.
Sin embargo, dado los altos costes soportados (andamios, obras y alquileres), Corsán habría comunicado que no está dispuesta a afrontar en solitario la tercera, cuarta y quinta fase dado que no hay acuerdo entre los seguros sobre los ya reconstruido. La próxima fase iba a centrarse en la zona del edificio de la avenida Capitán Ontañón.
Además, la comunidad de vecinos pedirá una sexta fase para la estructura interna, la insonorización y las humedades. Para ello se va a contratar una auditoría externa que certifique que el inmueble no está en condiciones. El objetivo, lograr un aval para acudir con garantías al juzgado.
