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Puente Genil

“La Semana Santa necesita de equilibrio para engrandecerse”

José Luis Rejano Molina, hermano de Las Virtudes Cardinales, tuvo el honor de pregonar nuestra Semana Santa

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  • José Luis Rejano Molina.

¿Quién es José Luis Rejano?

—¡Hombre! Definirse a uno mismo resulta un poquito difícil. Yo diría tener una mezcla de padre y madre. De mi padre, la formalidad, y de mi madre, la alegría. Me considero persona abierta, amigo de mis amigos. Se podría resumir en “buena gente”.

¿De profesión?

—Soy militar, Brigada en el Ejército de Tierra de Transmisiones en Pozuelo de Alarcón (Madrid) especialista en telecomunicación. Aunque trabaje en la capital de España, vivo en Puente Genil. Muchos me preguntan cómo me las arreglo.  Pues, muy sencillo. Los turnos de mi trabajo me lo permiten por ser semejantes o iguales al cuerpo de Bomberos. O sea, que tenemos horas de trabajo seguidas y descansos compensatorios que, gracias al AVE, me permiten vivir aquí.

¿Cómo elegiste el Ejército?

—De chico era muy callado, muy reservado, me entretenía con cualquier mosca que pasaba por la calle. Mi padre decía que era listo pero que no quería estudiar, lo que se dice un “trasto”. Más tarde encontré unas octavillas del Instituto Politécnico del Ejército y me matriculé. Hice una especialidad en Formación Profesional que me daba la posibilidad de entrar en el Ejército. Acabada la “mili”  obtuve por oposición una plaza en la Academia de Oficiales en Lérida. Y hasta hoy.

José Luis, como Pregonero, ¿vas en representación de las Virtudes Cardinales o lo haces en propia persona?

—Sé que muchos años al Pregonero de turno lo han nombrado en representación de su Corporación. Pero en esta ocasión tengo el honor de darlo de manera personal, aunque ya llevo 30 años perteneciendo a mi Corporación. Ya en 2013 mi Corporación me encomendó pregonar el Jueves Lardero con motivo del 350 aniversario de La Sibila de Cumas y así se hizo.

¿Qué sentiste al ser elegido, miedo o responsabilidad?

—Antonio Maíz me lo comunicó el Día de la Cruz del año pasado y me lo tuve que pensar muy mucho. Tiras de la lista de los hermanos pregoneros que han pasado por ese “trance”, y la verdad es que te entra un “canguelo” que no se  puede explicar.  Pero bueno, confío plenamente en que nuestro Terrible estará conmigo y me echará una mano.

¿Te ha quitado el sueño pensar en el lío en que te has metido?

—Sí, claro que sí. Ya las noches no son igual que antes. Piensas en muchísimas cosas: imágenes, versos, poemas, testimonios, etcétera... que como no tengas papel y lápiz en la mesilla de noche y lo dejes para anotarlo por la mañana, seguro que no te acuerdas.  

¿Estuviste antes de tus Virtudes Cardinales en alguna otra Corporación?

—De adolescente, como casi todos, hemos pertenecido a grupos de picoruchos y tal con los amigos. Después, cada cual se ha incorporado  adonde ha elegido. Recuerdo con mucho cariño mi paso por La Alianza del Sinaí  del 92 al 95 en la calle Ancha.

¿Cómo ves nuestra Semana Santa?

—Yo la veo con mucha salud. Pero también veo que como no la cuidemos se nos puede ir de las manos. Como dice Juan Ortega: “morir de éxito”. Quiero decir que tan negativo es quedarse corto como extenderse demasiado. Sé que es muy difícil conseguir la medida justa en todas las cosas. Gracias a Dios disfrutamos de muchos actos. Por un lado, esto es positivo pues todos tenemos derecho a celebrar aniversarios. Pero, por otro lado, tanto extraordinario puede llegar a producir hartazgo. Pienso que en nuestras manos está buscar el equilibrio necesario para su engrandecimiento y bien de todos los pontanos.

¿Has pasado alguna Semana Santa fuera de Puente Genil?

—No, nunca. He pasado fuera algún día por motivos de trabajo. Pero te puedo asegurar que desde que tengo uso de razón no me he perdido ninguna Diana en mi vida.

¿Quién inventó la ‘uvita’?

—Supongo que aquellos que se dedicaban al arte del vino y de la bodega. Hay una expresión que decía que “el vino es el único arte que no se puede cantar, hay que cuidarlo para que llegue a nuestro paladar como tiene que llegar”. No todos los vinos son iguales, ¡hay vinos y vinos!

Cuando pasa el Día de la Cruz, ¿dejamos de utilizar la expresión ‘hermanito’?

—No es mi caso ni el de mucha gente que me rodea. Además, cada vez más me ratifico que en Puente Genil es donde se dan más abrazos por metro cuadrado del mundo; y eso es bonito y difícil de igualar.

¿Cómo definirías a nuestros cuarteles?

—Son el motor de nuestra Semana Santa. Recintos donde a corazón abierto se canta, se recita, se respira fraternidad, hermandad, abrazos sinceros, etc. Y especialmente, los apellidos y colores se dejan en la puerta.

¿Qué Semana Santa le dejaremos a nuestros hijos e hijas?

—Espero y deseo que como mínimo la que tenemos. Ya se encargarán,  al menos, de conservar lo recibido y mejorar lo mejorable. No me cabe la menor duda.

¿Cómo ves la incorporación de la mujer a la Semana Santa?

—Muy bien. La mujer es igual al hombre en todo. Lo que no termino de ver bien es la mezcla en los cuarteles. Cuartel solo de mujeres, sí. El Señor de las Penas va llevado por mujeres y no veas lo bien que lo llevan, ¡ole ahí! Lo que pasaba antiguamente era que las mujeres no podían entrar solas a los cuarteles para ver a sus maridos o padres porque no estaba bien visto. ¡Vaya tontería! Hoy día es maravilloso ver a tres generaciones juntas compartiendo mesa y mantel.

Para terminar, háblame de cómo va a ser tu Pregón

—Hombre, lo primero que te puedo asegurar es que voy a echar por la boca todos los sentimientos que llevo en el corazón. No sé si habrá aplausos o tomates… eso es lo de menos. De lo que sí puedes estar seguro es de que me entregaré en cuerpo y alma por Puente Genil y su Semana Santa. En cuanto a su duración calculo que será de  una hora más o menos. Habrá experiencias, poesías, música, saetas… lo tradicional. Te repito, echaré todo mi ser. José Luis,

¿A quién va dedicado tu Pregón?

—A todos los que sueñan, sienten y llevan por bandera a Puente Genil. Ha sido todo un placer, Pregonero. Que el “Terrible” te bendiga. Un abrazo fuerte.

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