La Audiencia de Sevilla ha impuesto condenas de hasta ocho años de cárcel a cuatro nigerianos acusados de prostituir a dos compatriotas, a las que trajeron a España tras un "penoso viaje" por el interior de África y finalmente en patera.
La Sección Primera de la Audiencia, en una sentencia a la que ha tenido acceso Efe, condena a tres de los acusados a siete años y medio de cárcel por un delito de inmigración ilegal en concurso con otro de prostitución coactiva, y a uno de ellos y otra cuarta persona a seis meses de prisión por otro delito de falsedad en documento oficial, por poseer pasaportes falsos.
Según la sentencia, los acusados Maureen O., Lucky O. y Joy J. colaboraban para propiciar la entrada en España de nigerianas, a las que prometían trabajo como peluqueras y con estas "falsas promesas" las víctimas se endeudaban.
Una vez en España, los acusados les quitaban el pasaporte y las mujeres eran obligadas a ejercer la prostitución para saldar la deuda contraída.
Los acusados son absueltos de un tercer delito de secuestro, por el que el fiscal pidió para ellos otros ocho años de cárcel, porque no se ha demostrado que retuvieran al bebé de una de las nigerianas "en prenda de la deuda", ya que la madre no acudió al juicio a declarar y, además, no reclamó a su hijo cuando fue rescatado por la Policía.
Dicen los jueces que las jóvenes nigerianas, cuando se veían sin documentación, ejercían la prostitución "mediante la coacción constante y el miedo a que actuarían contra sus familias en su país de origen", utilizando incluso el vudú según afirmaron las acusaciones.
Recoge la sentencia que Maureen O., con el dinero que le entregaba la primera testigo que declaró en el juicio bajo identidad protegida, se compró en el 2008 una casa valorada en 152.425 euros y entre el 2006 y el 2010 envió 10.400 euros a Italia, Marruecos, Senegal y Costa de Marfil pese que no se le conoce ninguna actividad laboral.
La segunda testigo protegida, que llegó a Algeciras (Cádiz) en marzo del 2007 en una patera rescatada por una embarcación española, trabajó dos años para el acusado Lucky O. y cuando dijo que quería marcharse a Valencia el imputado se negó a devolverle su documentación "con la excusa de que no había abonado lo debido", según la sentencia.
Los jueces absuelven a otras cuatro personas que cuidaban al bebé presuntamente secuestrado porque no se ha demostrado que lo hicieran para coaccionar a su madre e incluso intentaron que una quinta persona se hiciera cargo de él.
La sentencia desestima la retractación en el juicio que hizo una de las víctimas, quien aseguró que sus primeras acusaciones se debieron a la que firmaba donde le decía la Policía, porque no se entienden los motivos que pudieran tener los agentes y porque la "cantidad de detalles y datos" que ofreció en sus primeras declaraciones sobre los "terribles hechos de los que fue víctima" fueron corroborados por otros datos periféricos.