El alcalde de El Puerto de Santa María, Enrique Moresco, ha querido hacer un nuevo llamamiento a la ciudadanía en relación a la cantidad de actos vandálicos que se siguen produciendo en la localidad y que suponen destrozos en el mobiliario urbano y en nuestro patrimonio histórico.
Como resalta el primer edil, “nos hemos despertado con una nueva pintada en la fachada de una casa de la Plaza del Castillo, que se une a otras muchas que se pueden ver en la piedra de los muretes de dicha plaza y que son bastante dificultosas de eliminar”.
Este llamamiento público a la conciencia ciudadana, al que se suman todos y cada uno de los miembros del equipo de Gobierno, surge ya de la desesperación más absoluta, y ante la impotencia por no poder hacer más de lo que ya se está haciendo. De hecho, Moresco lamenta la crueldad e injusticia que supone no poder actuar contra este tipo de personas incívicas que quedan impunes si no son pillados in fraganti.
Si desde el Ayuntamiento se ha solicitado siempre la colaboración de todos los vecinos para que se respete tanto el mobiliario urbano como cualquier obra de infraestructura urbana que se realice en El Puerto, hoy se hace especial hincapié en el mismo ruego a todos los empresarios, hosteleros, hoteleros, comerciantes y demás empresas, para que igualmente contribuyan de forma activa en la erradicación del vandalismo, denunciando este tipo de actuaciones si las presencian, que no hace más que dañar la imagen de la ciudad, y que por tanto, va en detrimento del turismo y del comercio. “Una exigencia que desde ambos sectores se le requiere de manera reiterada a la administración local, pero que sin su colaboración se hace inviable si continuamos siendo testigos pasivos de estos constantes ataques vandálicos al municipio; que no solo merman el presupuesto de las arcas municipales y privan al Ayuntamiento de la posibilidad de invertir esa importante cifra en otros proyectos esenciales para la ciudad, sino que también perjudica seriamente nuestra proyección tanto dentro como fuera de nuestras fronteras”.
Desde el equipo de Gobierno se ha tratado, y se sigue tratando por todos los medios y de forma reiterada, de acabar con estas aberraciones constantes y continuadas contra nuestro patrimonio, nuestro mobiliario urbano, nuestros espacios públicos…, en definitiva, contra nuestra ciudad; la ciudad en la que estos vándalos también viven y sin embargo destruyen como si les fuera ajeno.
Desde el Ayuntamiento se ha apelado a la conciencia cívica con multitud de campañas, se ha invertido en campañas educativas, se ha solicitado la colaboración ciudadana, se ha instado a la denuncia pública, se han incrementado los dispositivos policiales, se han lanzado innumerables mensajes a través de los medios de comunicación, sin que nada de ello haya calado en esta parte de la población que, sabemos que es mínima, pero que tanto daño hace.
El equipo de Gobierno, con el alcalde al frente, se pregunta una y otra vez qué tipo de satisfacción encuentran estos malhechores en hacer destrozos y daños, a veces incluso irreparables, a un lugar que es su casa. “Nos preguntamos, de hecho, si en sus hogares actúan de la misma forma, y si no es así, por qué lo hacen en la ciudad en la que tenemos que convivir todos”.
Lo que está claro es que, aunque ya no tenemos más medios con los que actuar contra el vandalismo, no podemos quedarnos callados ante esta lacra del siglo XXI, que en vez de abolirse parece que se incrementa, causándonos un perjuicio que es incalculable, tanto en valor económico como en valor moral.