Es la semana más extraña del año en Cádiz, porque a partir del miércoles convivirán en la ciudad dos tiempos distintos y opuestos entre sí, la Cuaresma y el Carnaval.
La Iglesia Católica celebra pasado mañana el tradicional Miércoles de Ceniza, jornada con la que se da comiezo a un tiempo litúrgico de oración, penitencia, ayuno, y lo más importante, de preparación para la Pascua, que dura cuarenta días. Un período que la Iglesia marca para la conversión del corazón.
La imposición de ceniza es una costumbre que simboliza la evasión de lo material, la llegada de la muerte, ese momento de la existencia del ser por el que, según la religión cristiana, el cuerpo se convierte en polvo y todo la material queda sin sentido.
La ceniza
La ceniza que cubrirá la cabeza de los fieles católicos procede de los ramos bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior.
Aunque la Cuaresma empieza el miércoles, el Carnaval seguirá robándole unos días, por lo que no empezará a palparse hasta el próximo lunes.
