Ni el frío, ni la amenaza de lluvia ni ninguna circunstancia adversa que pudiera presentarse, venció las ganas gaditanos y visitantes de pasar un lunes de coros como mandan los cánones, esto es, viendo coros, acudiendo a lugares de avituallamiento, descubriendo chirigotas ilegales u oficiales y derramando alegría, que para eso está ese día.
El ambiente tardaba en caldearse motivado por un cielo gris que descansaba de la lluvia de la noche anterior, y por ello, los aficionados y los copleros tardaron encontrarse, algo que sucedía pasadas las dos de la tarde, a partir de ahí, la confianza en una tregua de la borrasca de víspera se tornó en un afán continuo en buscar agrupaciones en carroza o a pie que satisficiera oídos y almas.
No faltaron grandes, pequeños y medianos, pues el día, festivo en la capital, era reclamo suficiente para vencer perezas y otras causas menores para salir a disfrutar de lo que es uno de los días grandes de la fiesta de febrero.
Coros a punta pala, romanceros, chirigotas, charangas y hasta comparsas callejeras se adueñaron de las calles, pues nobleza obliga.
Los Guatifó, este año con su Gran Casino Guatifó, no dejó indiferente al público que, en la calle Valenzuela, lugar de un primer pase de los muchos que le siguieron, volvieron a demostrar una calidad atesorada año tras año a base de buen hace y talento que se traduce en legiones de seguidores.
Grupos de los llamados legales, como Las verdades del banquero o Los del piso de abajo, vistos desde la distancia que se ganan con colchones de aficionados, volvieron a meterse al pueblo en sus bolsillos, junto al papelillo que les sobra y hace falta.
Romanceros, como el de Paco Mesa, se iban congregando en Sagasta, en los alrededores de San Lorenzo, Templo tan cristiano siempre como pagana su zona de influencia en los días en los que manda el dios Momo.
La poca vergüenza se daba la mano con la alegría, y chirigotas como Las que se leyeron las 50 sombras de Grey y se fueron pal Holliday, Cádiz 3020 los que acabaron el segundo puente o Las Merkel, cerraban calles y esquinas arremolinando gente alrededor suya y constituyendo por sí mismas, barricadas de buen humor contra el mal ambiente de crisis y malestar reinante en los tiempos que corren.
Una jornada, en fin, para disfrutar, del día y de la jornada festiva, de coplas y amigos, del Carnaval en estado puro.
En otro orden de cosas, el servicio municipal de Limpieza del Ayuntamiento de Cádiz ha recogido entre el Carrusel de Coros y la Cabalgata 138 toneladas de residuos, entre las 00.00 y las 07.00 horas de ayer. Dentro de esta cifra también se incluye la recogida de basura domiciliaria.
Asimismo, entre las 07.00 y las 14.00 horas se habían recopilado otras 8,5 toneladas de residuos. La plantilla de esta jornada ha sido de 210 operarios y 46 vehículos destinados a devolver a la ciudad su imagen habitual desde primera hora de la mañana.
Igual que el año pasado, se baldean diariamente los barrios de San Carlos, Santa María, Campo del Sur, Mentidero, Caleta y Balón, además de los que ya se baldeaban de manera extraordinaria, como La Viña y el centro de la ciudad. Con la aplicación de esta medida por sexto año consecutivo, los servicios de limpieza baldean, en la práctica, todo el Casco Antiguo de la capital gaditana, en turnos de mañana y noche, destacan.