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La Gran Procesión Magna Infantil contó con casi un centenar de pequeños cofrades

Portando pasos en miniatura y representando escenas de la vida y la pasión de Jesús, niños y niñas de todas las edades participaron en esta actividad organizada con motivo del Año de la Fe

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  • Tambores precedían la comitiva -

A las siete y media de la tarde, la calle Calvario, poco antes de la Iglesia del Carmen, era un hervidero de actividad. Padres, madres y familiares se agolpaban en torno al número 86 de esta calle, desde donde partiría la primera Gran Procesión Magna Infantil, una actividad religiosa que se ha preparado durante meses para que los más pequeños vivan el Año de la Fe desde su propia perspectiva.

Cerca de las ocho menos cuarto de la tarde, y con algunos tambores como presentación, partía la comitiva, que despertaba la ternura y la admiración de muchas de las personas que les esperaban en la calle. Unos quince pasos en miniatura, representando a la Virgen y a Jesucristo en distintsa advocaciones, eran portados por niños y niñas que se enfrentaban, muchos de ellos por vez primera, a lo que supone cargar un paso. Aunque eso sí, asequibles en tamaño y peso a su edad. Los más pequeños eran portados por parejas de niños, y algunos, más elaborados, requerían de una pequeña cuadrilla y de jóvenes capataces para guiarlos.

Los pasos se han elaborado durante este año por muchas personas implicadas, que mediante componentes reciclados y mucho arte, han conseguido representar estas escenas para que los niños las paseasen por su pueblo. Pero no sólo se quedaba en lo hermoso del espectáculo, sino que también había un motivo solidario para esta procesión infantil: tras los pasos, un coche con remolque iba recogiendo alimentos de primera necesidad que serán donados a Cáritas, que este año trabaja más que nunca para atender las necesidades de los roteños y roteñas que menos tienen.

Para el principal impulsor de esta actividad, el cofrade Juan Caballero Sosa, el resultado fue satisfactorio, aunque esperaba la presencia de más niños para enriquecer y disfrutar de la salida procesional. Tras recorrer la barriada de El Molino, la pequeña comitiva se dirigía hacia el centro de la localidad y el colegio Salesiano, donde unas dos horas más tarde de su salida se disolvió la procesión.

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