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España

Sin ideas

Hay pocas cosas que me cabreen más que la hipocresía, los besos de Judas y los amigos para siempre que lo son de tu peor enemigo...

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Hay pocas cosas que me cabreen más que la hipocresía, los besos de Judas y los amigos para siempre que lo son de tu peor enemigo y hasta se ríen de ti mientras se acuestan con él. Así que estos días estoy bastante cabreada, y conste que no suelo ir por ahí de justiciera, suficiente tiene una con intentar apañarse con sus particulares ángeles y demonios, por la polémica que se ha montado con las palabras de la reina y la demagogia que, amén de llenar páginas y programas, le va a reportar suculentos beneficios a la nada caritativa pero profundamente religiosa Pilar Urbano.

Me parece torticero intentar pretender que la libertad de expresión que a todos se nos reconoce, gracias a Dios, no funciona igual cuando se trata de determinadas personas, por muy neutras que deban ser. En este país tan abierto y donde todo nos parece tan normal, lo más común nos hace rasgarnos las vestiduras, ¿o es que sólo le está permitido pensar y expresar lo políticamente correcto?, ¿es ése el razonamiento?, ¿o es mejor que piense lo que quiera pero que nadie se entere? O peor, ¿es mejor que diga lo políticamente correcto y actúe de manera absolutamente contraria? Personalmente, me importan un comino la monarquía, -monarquía parlamentaria que votaron nuestros padres-, y con la que yo me tengo que aguantar de momento, las palabras de la reina, la nueva nariz de Letizia, y las fosas nasales de su ex cuñado. Lo único que envidio es la capacidad de esta gente para ofrecer a sus hijos la mejor de las educaciones, que no sus servidumbres. Y debo reconocer que en determinados momentos su papel, el de la monarquía, ha sido fundamental.

Pero seamos realistas, pretender que una señora de 70 años, reina, que ha nacido y vivido en esos valores tradicionalistas, opine de otro modo es tanto como querer tapar el sol con un dedo. Nos gusten o no, debatamos sobre la conveniencia de que las exprese o no, las personas necesitan un seno en el que evolucionar y ver evolucionar sus ideas y la monarquía no es para eso la mejor de las instituciones. ¿Obama o McCain?

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