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La acusada de maltratar y asesinar a una bebé dice que "estaba cocinando" y se cayó por escaleras

Asegura que "no tenía ningún tipo de lesión" cuando se quedó a su cargo y niega que drogara a su hijo

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La mujer, natural de Nigeria, acusada de maltratar de manera habitual, lesionar y asesinar a una bebé de nueve meses que tenía a su cargo, además de supuestamente drogar a su propio hijo, de un año de edad, en la localidad cordobesa de Puente Genil, ha declarado este jueves ante el juez que ella "estaba cocinando", cuando escuchó "un golpe en el suelo" porque se cayó la menor "por las escaleras", todo ello al mediodía, si bien hasta por la noche no la llevó al hospital, donde finalmente falleció por el traumatismo craneoencefálico que presentaba.

   En su testimonio en el juicio, que acoge la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba y que ya ha quedado visto para sentencia, la procesada ha explicado que ella no tenía parentesco alguno con la madre de la bebé, aunque se quedó a su cargo "voluntariamente" y sin pedir "nada a cambio", después de que la progenitora tuviera que marcharse a Barcelona por motivos de trabajo.

   En concreto, ha relatado que cuando se fue la madre su hija "no tenía ningún tipo de lesión", aunque apunta que sí tenía "algunos problemas de nacimiento", a lo que añade que "la madre le pegaba cuando lloraba", pero, a su juicio, "no fue la causa" por la que tuvo que llevarla al hospital, sino que dicho traslado se produjo a raíz del suceso del 1 de abril de 2012.

   Al respecto, la acusada ha explicado que "estaba cocinando", cuando escuchó el citado golpe porque la menor se había caído por las escaleras de la primera planta en la que, según ella, estaban su hijo menor, otra niña y la bebé. Así, asegura que no le dio tiempo a cogerla y la recogió "en el último escalón de la escalera". Tras ello, dice que le dio "masajes con agua templada", pero "al no reaccionar" la niña llamó a su madre, pero no le cogió el teléfono.

   Tras ser preguntada por el fiscal por qué esperó a la noche para llevarla al hospital, la procesada ha comentado que "no podía llevarla sin el consentimiento de la madre" porque "tenía amenazas", ha respondido la mujer, quien ha negado que hubiera algún testigo de los hechos y asevera que no habló "con nadie" sobre el suceso. Asimismo, ha apostillado que la bebé se le cayó una vez a la madre y "estaba sangrando" por distintas partes de la cabeza.

   Asimismo, ha subrayado que no le vio "moratones ni golpes" a la menor, pese a los informes médicos que los recogen, y sobre una quemadura que presentaba la niña, dice que ella no ha manifestado en instrucción que tuviera alguna quemadura, al tiempo que ha negado que le echara agua caliente para curarla.

   Por otra parte, en relación a su hijo también menor de edad, la mujer ha declarado entre lágrimas que "nunca" drogó a su hijo, y ha explicado que "tenía problemas de estreñimiento desde el nacimiento", si bien frente a ello "no le daba medicación", según ha indicado la acusada.

LOS HECHOS

   La defensa considera que la muerte "se produjo de forma fortuita", motivo por el que solicita la absolución por el asesinato, si bien la Fiscalía le pide un total de 39 años de prisión por estos hechos. Según recoge la calificación del Ministerio Público, la procesada convivía desde diciembre de 2011 en su domicilio con la menor y la madre de ésta, aunque era la acusada la encargada del cuidado de la menor, después de que la madre abandonó el domicilio por motivos laborales, dejando a la menor al cuidado exclusivo de la procesada.

   En concreto, el día 1 de abril de 2012, en torno a las 22,30 horas, la mujer llevó a la menor, de nueve meses de edad, al Hospital de Puente Genil, donde ingresó con un "traumatismo craneoencefálico severo", siendo derivada posteriormente al Hospital Reina Sofía de Córdoba, en donde finalmente falleció a las 13,00 horas del día 3 de abril de 2012, como consecuencia de "una lesión y parálisis de centros vitales nerviosos secundaria a edema encefálico y daño axional difuso", provocada por el "traumatismo craneoencefálico severo".

   Asimismo, la menor presentaba otras lesiones más antiguas consistentes en cicatrices en la cabeza, la cara y el cuello por "quemaduras o heridas superficiales"; además tenía "quemaduras de segundo grado" en la mano derecha, o una "fractura de la clavícula izquierda, producida por un efecto traumático", entre otras.

   Al respecto, el fiscal considera que la procesada supuestamente causó todas estas lesiones, "aprovechando que tenia a la menor a su merced", de manera que "de forma continuada y casi a diario sin poder concretar fechas exactas dada la frecuencia de tales conductas golpeaba de distintos modos a la menor dándole golpes con la mano, golpeándola con el palo de la escoba e incluso estrellándola contra la pared y arrancándole el pelo a tirones".

   Asimismo, sobre las 16,30 horas del día 9 de abril ingresó en el Hospital de Alta Resolución de Puente Genil el hijo de la acusada, de un año de edad, donde dio positivo en "mentanfetaminas y mínima tinción en benzodiacepinas y pheniciclidina", después de que supuestamente la madre le suministró a su hijo la citada droga.

   Para el fiscal, estos hechos son constitutivos de un delito de asesinato, por el que pide 20 años de prisión para la acusada; un delito de maltrato habitual, por el que le solicita tres años de cárcel; dos delitos de lesiones, por los que reclama ocho años de prisión, y un delito contra la salud pública, por el que pide para la mujer ocho años de cárcel.

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