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Córdoba

Peritos dicen que el acusado de prender fuego en su casa reconoció los hechos, pero no para matar

La madre declara que su hijo no puede estar en la casa ni en la cárcel, sino en un centro con atención por problemas de droga

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Los médicos forenses que han declarado este martes en el juicio al hombre, de 36 años, acusado de un delito de incendio con peligro para la vida o integridad física de sus familiares en el interior de su vivienda y por maltrato psíquico habitual en el ámbito familiar, en la capital cordobesa, dicen que el procesado "espontáneamente" reconoció que había prendido fuego a folios y cartones en la puerta de la casa, si bien supuestamente no lo hizo con intención de matar a nadie.

   En la sesión del juicio, celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Córdoba, y que queda visto para sentencia, el acusado se ha acogido a su derecho a no declarar, y ha continuado la vista con las pruebas periciales y testificales. Al respecto, los médicos han apuntado que el hombre había tenido "discusiones previas" en el ámbito familiar y en el momento de los hechos "no se puede afirmar que hubiera alteraciones de las funciones psíquicas", según los peritos.

   Mientras, la madre ha declarado que su hijo "como consecuencia de la droga no se ha quedado bien, la cabeza no la tiene bien y necesita un médico", ante lo cual considera que "ni puede estar" en su casa, ni en la cárcel, sino en un centro donde le atiendan por los problemas con la droga, que, en su opinión, es el motivo por el que cometió los hechos al estar bajo la influencia de la misma.

   Entretanto, ha relatado que el acusado le quiso pegar a su hermano por la mañana el día del suceso, y ante ello comenta que ella lo echó de casa y no lo dejó dormir en la vivienda por la noche, al tiempo que señala que no escuchó a su hijo decir que los iba a quemar y detalla que vio el humo del incendio en la puerta de la casa. Además, la progenitora destaca que no reclama por los daños sufridos en la puerta, porque el vástago "no tiene nada".

   Por su parte, la hermana del acusado ha declarado que en la convivencia él tiene "trastornos, de vez en cuando se le va la cabeza", motivo por el que ha indicado que le temen con esta actitud, y de ahí que su madre le echara de casa el día de los hechos tras la discusión con el hermano, "por si pasaba algo peor", según ha puntualizado, para precisar posteriormente que fue ella quien se percató del fuego en parte de la puerta de la casa y avisó a los vecinos, que sofocaron las llamas.

LOS HECHOS

   En concreto, la Fiscalía Provincial de Córdoba solicita para el acusado penas por un total de 17 años y seis meses de prisión y una orden de alejamiento de cinco años. Según recoge la calificación inicial del Ministerio Público, el procesado, C.C.C., convivía con su madre, sus dos hermanos y otros tantos sobrinos, uno de ellos de dos años, en una casa, donde "debido a los continuos arrebatos de furia y destemplada agresividad que el acusado mostraba hacia sus familiares, contra los cuales acostumbraba encolerizarse por los motivos más nimios, la convivencia en el hogar familiar constantemente se veía perturbada por graves conflictos".

   Estos "conflictos", según relata el fiscal, "han ido generando gran temor, angustia y ansiedad en quienes convivían con el acusado, los cuales han llegado a temer efectivamente por su vida o integridad física", dado que el hombre "frecuentemente expresaba su propósito de acabar con la vida de algunos de sus familiares o de quemarlos vivos".

   Así, sobre las 16,00 horas del día 28 de enero de 2013, el acusado, que estaba junto con sus familiares en el interior del hogar familiar, "estalló una vez más en un incontenible arrebato de ira, encarándose con su hermano, al que comenzó a increpar furiosamente por el simple hecho de estar mirándolo". Como consecuencia de ello, "provocó un virulento altercado doméstico que indujo finalmente a la madre del acusado a expulsar a éste del domicilio familiar", que abandonó "muy malhumorado".

   No obstante, sobre las 22,00 horas de ese mismo día, el acusado regresó a la vivienda y pidió a su madre que le permitiera entrar para hacerse un bocadillo, a lo que dicha señora accedió. Sin embargo, una vez que recogió el alimento, abandonó de nuevo el domicilio.

   Sobre la 1,20 horas del siguiente día, 29 de enero de 2013, el acusado nuevamente regresó al mismo con la pretensión de pasar la noche allí, aunque su madre no se dejó persuadir por sus ruegos y supuestamente le negó "con firmeza" la estancia en la vivienda. A la vista de la actitud de su madre, el procesado desistió de su propósito y bajó las escaleras del bloque "muy resentido, recriminando a grandes voces a sus familiares y manifestando que los iba a matar, así como que 'la llave se iba a quemar en la candela', refiriéndose a la llave de la vivienda que él poseía y le había retirado su madre", apunta el fiscal.

LA LLAMARADA EN LA PUERTA

   De este modo, pocos minutos después, tras reunir una cantidad de papeles, el acusado regresó al rellano de la citada vivienda y supuestamente prendió fuego a los mismos con un mechero y "aproximó el material ardiente a la puerta de madera de la vivienda hasta lograr que comenzara a arder con gran intensidad".

   Mientras, desde el interior de la vivienda la hermana del acusado descubrió enseguida la llamarada "que comenzaba a devorar la puerta" e inmediatamente comenzó a dar voces pidiendo auxilio, lo que permitió la pronta actuación de los vecinos que no tardaron en extinguir el fuego.

   Al respecto, el fiscal destaca que dicha puerta era la única salida de la que dispone la vivienda, que está situada en la tercera planta, de manera que "la combustión de la puerta entrañó un notable riesgo para la vida de los moradores, quienes se hubieran visto sin posibilidad de escapar de la quema en el supuesto de que el fuego hubiera logrado extenderse hacia el interior de la vivienda".

   Los daños causados en el inmueble han sido tasados en la cuantía de 222 euros, mientras que el acusado se encuentra en prisión provisional desde el día de los hechos y ya ha sido condenado en cuatro causas penales desde los años 2006 a 2011, entre ellas una sentencia de 2011, que lo condenó por delito de violencia doméstica, a una pena de prisión de un año y cuatro meses.

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