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Arcos

“Los mejores versos se escriben desde el sufrimiento”

Estos días ve la luz su nuevo poemario bajo el título de \'La máquina quimérica\', que pone punto y seguido a una carrera iniciada con\' La Tormenta\' y continuada con \'Elucubraciones de un superviviente\', \'Espacios compartidos\' y \'Poemas en el equipaje\'

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  • Miguel Ángel Rincón -

Mucho ha llovido desde que Miguel Ángel Rincón entró por primera vez en un estudio de radio en su Prado del Rey natal. Fue allí donde lo conocimos, cuando aún era un colegial preparándose para un futuro que le ha sonreído como escritor y poeta, o tal vez como artista integral, pues cultiva otras artes y aficiones como la composición musical o la observación de la naturaleza.

—Cinco libros en unos años, ¿no es un bagaje muy amplio para una persona que no ha cumplido los 40…? ¿Se considera un autor precoz o todo ha llegado a su tiempo y en su justa medida?
—Aunque nunca he sido precoz en nada, sí es cierto que empecé a escribir muy pronto, en la adolescencia. Luego, a los diecisiete años, formé junto a unos amigos un grupo de Rock & Roll, y decidimos hacer nuestras propias canciones, así que me tocó escribir las letras. A partir de ahí leí mucha poesía e indagué hasta encontrar autores como Gil de Biedma, Ángel González, Leopoldo María Panero, Roger Wolfe, Pedro Sevilla o Julio Mariscal. En Prado del Rey desde hace muchos años se viene publicando un anuario llamado Noticiero Pradense, ahí fue donde comencé a publicar mis primeros versos. En el 2003 recopilé los poemas escritos en los años anteriores y los publiqué en el que sería mi primer libro: La Tormenta, que llevó un prólogo del poeta pradense Curro Pozo. A partir de ese momento, los siguientes poemarios fueron llegando, como bien dice en la pregunta, a su tiempo y en su justa medida.


—Contar con un prólogo escrito por un personaje clave de nuestra música, poesía y pintura como Luis Eduardo Aute, si no es garantía de éxito sí que lo es de promoción. ¿Cómo contactó y consiguió arrancar esa colaboración tan importante?
—Yo llevo escuchando las canciones de Aute desde que era un niño. Ese es uno de los motivos por el cual ha sido muy especial para mí esta colaboración en forma de prólogo. Aute y yo tenemos un buen amigo en común, Fernando Polavieja, un cantautor jerezano con el cual he coincidido varias veces en los escenarios. Aute hacía años que no escribía ningún prólogo, y Fernando se lo propuso, le hizo llegar mis poemas y aceptó ser el prologuista. En cuanto a lo de la garantía de éxito, no lo creo así, pero lo de la promoción es muy importante, porque publicitar y dar a conocer un libro de poesía en los tiempos que corren es una aventura muy complicada.


—A diferencia de otras obras anteriores, con 'La máquina quimérica' pone en manos del lector un poemario completo. Si escribir poesía es, si cabe, un ejercicio más complicado que hacerlo en prosa, ¿su nuevo libro es sinónimo de madurez o es que 2013 ha sido un año de inspiración total para el autor?
—Creo que estos nuevos poemas son más maduros, se parecen bastante a mi manera de entender la poesía. Desde diciembre del 2009 que publiqué Poemas en el equipaje, empecé poco a poco a escribir versos, pero fue a partir del otoño de 2011 cuando fui dándole forma al proyecto de La máquina quimérica. Ha sido difícil escribir y reunir todos estos poemas. Un embarazo de riesgo y un parto doloroso, pero…, nadie dijo que fuera fácil. Al final siempre merece la pena.



—Leyendo algunas críticas sobre su nueva obra, uno diría que está ante un poeta clave de nuestro tiempo, ¿se siente un poeta con proyección o es la que flauta, como en fábula, sonó por casualidad?
—Yo sólo intento plasmar lo que siento y lo hago en forma de poema. Cada poemario es un desnudo premeditado. Por ahora las críticas han sido positivas, aunque eso de las críticas -buenas o malas- nunca me quitó el sueño. Me siento con ganas de escribir, de crear, de mantenerme activo dentro del mundo de la cultura. En definitiva, la poesía es una forma de vida. No creo que este nuevo libro sea fruto de la casualidad, así que algo de proyección sí que habrá.


—En ocasiones ha mencionado la profunda inspiración que le producen los paisajes serranos y esas rutas por las que suele pasear. ¿Qué tiene este nuevo libro de nuestra Sierra, de nuestros paisajes...? ¿O es un libro de vivencias y punto?
—A pesar de que mi poesía es bastante urbana, también tiene ese punto bucólico. Los paseos por la sierra me ayudan a desconectar y reflexionar. He escrito aforismos, poesías y relatos junto al río, bajo los árboles o en medio de algún monte. Obviamente la mayoría de estos poemas están basados en vivencias, pero la influencia de los Pueblos blancos está presente en muchos de ellos.


—¿Se siente con esta obra más poeta? ¿Irán por la poesía sus derroteros literarios futuros o se trata, simplemente, de una obra más con independencia de regresar a la prosa, al ensayo o a otros géneros?
—Poeta es una gran palabra a la que le tengo muchísimo respeto, aunque lógicamente, uno se siente más poeta con cada verso que escribe, siempre que haya una evolución favorable.  Con esta obra me siento más persona, mejor conmigo mismo. La poesía forma parte de mí, y seguramente el futuro esté lleno de nuevos versos. Eso no es óbice para que pueda compatibilizar los demás géneros literarios. 


—Echar la culpa de tan bella obra a la inspiración sería una mezquindad, porque seguro que detrás del libro hay mucho trabajo e innumerables horas de reflexión… ¿Cómo puede escribir, colaborar con la prensa, trabajar en la Educación Especial, viajar a diario a Arcos, pasear con frecuencia por el monte, cantar con los amigos, recitar poemas en público…? ¿Se siente un políglota del Renacimiento, una persona que practica de todo un poco con cierta dosis de romanticismo?
—Yo a veces también me pregunto de dónde saco tiempo. Siempre he sentido esa inquietud por crear, ya sean poemas, canciones, etc. Me encanta organizar o participar en recitales y conciertos. Lo del trabajo, más que trabajo es una devoción. Toda esa actividad, que puede parecer agobiante, hace que me sienta vivo.  Mi amigo Luis de Manuela dice que somos “hombres del renacimiento”, ya quisiera yo…


—Leyendo poemas como La soledad, a uno se le retuerce el alma. ¿No cree que no existiría la poesía sin el dolor del alma? ¿Podría emanar la poesía exclusivamente de la felicidad plena?
—Vivimos en un mundo propicio para crear ese dolor del alma. ¿Quién puede vivir ajeno a las injusticias que se producen diariamente? Ese dolor es el culpable de multitud de poesías. Yo creo que la felicidad plena no existe, al menos hoy por hoy. Desde mi experiencia personal puedo afirmar que los mejores versos se escriben desde el sufrimiento. Con ese estado anímico se pueden abordar temas mucho más profundos.


—Ahora ha sido La máquina quimérica, pero ¿qué vendrá después? ¿En qué otros proyectos se ocupa en estos momentos?
—Pues lo siguiente será presentar el libro allá por dónde se pueda, espero poder venir a presentarlo a una ciudad tan poética como Arcos. Empezaremos la gira en febrero y seguramente durará hasta septiembre u octubre, según cómo vaya funcionando. Ya hay confirmados algunos lugares, como por ejemplo Madrid y Carcassonne (Francia) para el mes de agosto. También llevamos adelante el proyecto del colectivo cultural El fuego de la utopía, la grabación de una serie de video-poemas, alguna colaboración musical… en fin, lo que vaya saliendo.

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