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Y colorín, colorado... (1-0)

Los verdiblancos cayeron en Granada merced a un gol de Piti y son virtualmente carne de Segunda

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  • Finito -

El descenso del Betis es casi un hecho irrefutable y la remontada, una utopía. Un gol de Piti a la media hora de juego castigó por parte del Granada la inoperancia de un equipo, que la próxima temporada, jugará en Segunda.

No dudó Calderón en retornar al sistema de tres centrales para ganar seguridad en defensa y aprovechar arriba las pelotas que pudiesen caer en las botas de Rubén Castro y Jorge Molina, ayer titular.

Pero no todo lo que es oro brilla. Ni un minuto transcurría en el Nuevo Los Cármenes cuando un centro pasado de Nyon no lo convertía en gol de milagro Recio.

Una oportunidad que se sucedería en la figura de El Arabi cuya conexión en el acrobático tiro por parte del futbolista francés, Adán evitaba con una sencilla intervención el desastre de los primeros minutos durante toda la Liga, aunque de forma temporal.

Y es que se mascaba el tanto local; si bien Jorge Molina tendría una clarísima ocasión tras un saque de falta lanzada por Verdú que el delantero de Alcoy, de cabeza a bocajarro, se encontraba con la prodigiosa parada de Roberto, crucial en sus actuaciones.

Sin embargo, el pecado del error sería castigado en favor del Granada con la combinación más arcaica del fútbol.

Así, el bombeado servicio de Ilori desde 60 metros superaba la pésima oposición por parte de Juanfran que dejaba sólo a Piti dentro del área controlar fácilmente y con la pierna izquierda, batir la meta bética de tiro raso en el minuto 31 de partido.

Derrota mínima del cuadro verdiblanco que una vez más, se retiraba a vestuarios con un marcador en contra.

Sin cambios por parte del entrenador ni variación alguna en el sistema de juego, se plantaba el Betis en la segunda mitad en busca de un gol que pudiese darle vida a un equipo muerto en el campo a merced del rival y con escasa aportación en ataque.

Un ‘dejâ vù’ en el área del Granada propiciado por un testarazo de Molina en los primeros instantes del segundo tiempo en una jugada calcada a la de la primera mitad, terminó siendo atajada nuevamente por el guardameta del conjunto nazarí.

Dani Benítez, recién entrado en el choque, se erigió como el villano del bloque de Alcaraz, pues desperdiciaría una pintiparada ocasión para poder sentenciar y no contento con ello, se autoexpulsaría de manera absurda después de una dura entrada a Nono.

Los continuos fallos y despropósitos del cuadro visitante (mención especial a Jordi Figueras) no eran fulminadas por Brahimi y El Arabi en manifiestas oportunidades y Baptistao, en la más diáfana para el Betis en el minuto 73, era repelida para desesperación del hispano-brasileño, por una mano salvadora, otra vez, del cancerbero Roberto.

Riki perdonaría en el 90’ y Amaya en el descuento, provocaría la segunda amarilla y por ende la roja, que le impedirá jugar frente al Athletic de Bilbao el próximo domingo.

El Betis consumó en el día de ayer virtualmente, la pérdida de la categoría.

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