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Jerez

Sahuca hace un ERE y envía al paro a toda la plantilla de Jerez y Puerto Real

La concesionaria de la marca Nissan con presencia en la ciudad desde hace 30 años despide a sus 22 empleados. El pasado jueves se llevaron los últimos 20 coches que quedaban en los expositores.

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  • Fachada del concesionario. -

Sahuca, concesionaria de la marca  Nissan en Jerez y Puerto Real, ha despedido a todo su personal de ambos establecimientos de la firma de coches tras presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que enviará al paro desde este miércoles a casi una treintena de trabajadores,  22 de ellos del concesionario de la Plaza Industrial, en el kilómetro 3 de la carretera Sevilla, junto al Parque Empresarial de Jerez. En dicha jornada culmina el periodo de consultas del expediente después de que la actividad económica sumada a una “mala gestión”, como denuncia el personal de la empresa, haya obligado a la concesionaria a adoptar esta medida.  


La plantilla, desde mecánicos, administrativos y personal de venta no ha cobrado ni una sola nómina desde que empezó el año, mientras que hace apenas 15 días Sahuca le terminó de pagar cuantías pendientes de 2013. Exceptuando la venta de algunos recambios que la tienda aún conserve para clientes que se hayan acercado por el establecimiento, la inactividad ha sido la tónica predominante estos días en las instalaciones, donde el pasado jueves se llevaron los últimos 20 coches que quedaban en el expositor.  Delante de la puerta principal, en una silla sentado, también ha podido verse cada día al gerente, que aguarda también los últimos días de Sahuca en Jerez tras más de tres décadas.  


Mientras tanto, la plantilla ha seguido acudiendo a sus puestos de trabajo y seguirá haciéndolo hasta este miércoles, último día para unos empleados  que, en el mayor de los casos, llevan desde que el concesionario abrió sus puertas en Jerez. Un personal que acumula demasiado tiempo pasándolo mal y asfixiados en algunos casos por tener que hacer frente al pago de sus hipotecas después de cuatro meses sin cobrar, pero que, pese a todo, ha mantenido la esperanza hasta los últimos días de que la empresa encontrara un comprador que garantizara sus puestos.  Esta sería una de las razones que explicaría que  hayan adoptado una posición más reivindicativa para luchar por conservar su empleo, reconocen entre los afectados, porque confiaban en que hubiera alguna posibilidad remota de salvar su empleo. Desgraciadamente  no  podrá ser así.

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