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Una Feria de altos vuelos

Para los feriantes empedernidos la Feria habrá volado y para los que han tenido que trabajarla seguirán pensando que es demasiado larga

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  • Feria del Caballo -

En la cetrería hay que distinguir si las aves rapaces son de alto a de bajo vuelo, ya que las presas obtenidas son de características diametralmente opuestas. Si son de bajo vuelo, las presas son por lo general roedores (ratones, liebres, conejos etc.) o aves que son lentas; las representantes de estas rapaces son las águilas, las aguilillas y los azores o gavilanes. Si son de alto vuelo, la caza se vuelve más especializada y se obtienen normalmente presas como palomas, cercetas, huilotas, garzas y patos entre otras.
Nuestra Feria del Caballo puede considerarse, con todos los honores, como de altos vuelos por su nivel y su fama pero es que, además, en la edición de este 2014 también los vuelos han sido protagonistas. El fuerte viento que nos ha azotado estos días ha hecho volar toldos y sombreros, el polvo de albero y todo aquello que sucumbía a la fuerza del Levante.
Para los feriantes empedernidos la Feria habrá volado y para los que han tenido que trabajarla seguirán pensando que es demasiado larga. Pero, también, ha hecho volar la imaginación entre quienes no terminan de ver el domingo como la jornada que culmina estos días festivos.   Cada vez coge más fuerza la propuesta de una Feria de sábado a sábado, haciendo oficial lo que ya es una realidad.
Hace unos años la Feria comenzaba en miércoles y el domingo era el día grande de la Feria, pero la novelería y la tendencia tan nuestra de celebrar las fiestas anticipadamente ha llevado a que el fin de semana del encendido del alumbrado esté ya el parque González Hontoria lleno, en detrimento de los últimos días de Feria.  Si se optase por inaugurar la Feria en la noche del sábado y, por tanto, trasladar el domingo al inicio y no al final, quizás fuese el momento de plantearse la forma de hacer ese domingo,  ese primer día de la Feria del Caballo, en una jornada verdaderamente atractiva. Para ello se cuenta, de antemano, con las ganas de Feria y con el hecho de ser un día festivo; por otro lado podrían organizarse una serie de actividades en este arranque de Feria que sirvieran para atraer público, incluso de localidades cercanas, y así dar un pistoletazo de salida que evitara la desolación que vemos los primeros días en el real. Una de las propuestas que, aunque supondrían un costo para las arcas municipales, si atraería mucho público y vendría a dar aún más protagonismo al caballo, sería el  recuperar aquella parada hípica que se celebraba en nuestra ciudad hasta hace poco y que tanta expectativa despertaba, para que recorriendo el Real a las doce del mediodía supusiera la inauguración oficial del paseo de caballos. Esta y otras iniciativas de este tipo harían posible una mayor presencia de público en estos primeros días.
La fama mundial de nuestra simpar Feria del Caballo requiere buscar fórmulas para que todos los días puedan considerarse días grandes, para que el que nos visite, sea el día que sea, pueda disfrutar del mismo público, del mismo paseos de caballos y carruajes, y del mismo ambiente ferial.
En la Feria del Caballo, como en los vuelos de la cetrería, sus días no pueden tener características diametralmente opuestas sino que todos deben ser especiales e iguales en altura. Soplan nuevos vientos para nuestra Feria del Caballo, llega el momento del análisis y de tomar medidas, de recobrar las esencias perdidas. Todo ello si verdaderamente queremos seguir vendiendo una Feria de altos vuelos.

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