La edil linense Asunción Barranco anunció el pasado sábado su paso definitivo al grupo no adscrito de la corporación municipal de La Línea, abandonando así la disciplina del PSOE. Barranco señala que ha tomado esta decisión “tras la campaña de la secretaria general del PSOE de La Linea, Gemma Araujo y algunos miembros de su equipo municipal para desprestigiarme y apartarme de la vida política local, sustentada en argumentos falsos”.
Barranco recalca que “mientras continúe la dirección actual de mi organización política es inviable mi pertenencia a la misma, cuyo ambiente es cada día más irrespirable no solo para mí sino para muchos compañeros que han optado por abandonar la sede o sus cargos institucionales o políticos”.
Para Barranco, la causa de su expediente en el PSOE “sigue siendo una incógnita” si bien recordó que “en septiembre pasado la alcaldesa me pidió mi acta de concejala tras una discusión por una concesión municipal en la que cuestioné la forma en la que se estaba llevando a cabo, por lo que considero que tanto el uso que se ha hecho de la sentencia, como del expediente, no es más que una estrategia para apartarme de la vida política municipal y del partido”.
Y también explica Barranco que el expediente tenía tantos “defectos de forma” que ha sido necesario volver a convocar a la Ejecutiva para reiniciarlo, siendo los motivos el haber incumplido “varios artículos de nuestros estatutos de difícil encaje, y girando todos alrededor del supuesto daño que al parecer he hecho a la imagen de la alcaldesa, cuando lo único que hice fue defenderme de las acusaciones que se vertieron sobre mí”.
Incide en que la alcaldesa “encontró la oportunidad de deshacerse de mí con la desestimación judicial de una demanda que yo interpuse, y sin que yo haya sido condenada, ni imputada, ni siquiera denunciada, y de la que ella me defendió públicamente sin dudarlo en 2010. Ni siquiera cobré la ayuda que solicité como trabajadora”, incidió.
“Lo cierto es que lo que se trasluce de este despropósito no es otra cosa que una sed de venganza y un sectarismo impropio de un partido con raíces democráticas”, añadió.
“Desgraciadamente mi organización política, a nivel local, está dirigida por alguien que encaja mal las criticas, que ve conspiraciones por doquier, y que le lleva a dotarse de instrumentos irracionales para mantener el poder”, desvela la edil linense. “Los argumentos y el debate han dado paso al ordeno y mando, a la arbitrariedad, y al ‘quien se mueve no sale en la foto’”, recalcó Barranco.
Barranco se declara consciente de la “crisis” que abre en su partido. “Tenemos una posición débil institucionalmente, y creo que socialmente en La Línea estamos a la baja debido a la deficiente gestión dentro de la sede local”, comentó.
Por todo ello, abandona la disciplina del partido “al que estaré dispuesta a volver cuando cambien las circunstancias”.
Respecto al pase como concejala no adscrita, aseguró que “en ningún momento traicionaré los principios del que es, ha sido y será mi partido” por lo que anticipa que no participará “en ninguna moción de censura impulsada por otros partidos para derribar al actual gobierno, así como mi voto, en todo aquello que me sea requerido, será un voto de conciencia, haciendo prevalecer lo mejor para mi pueblo”.
En cuanto a su decisión de no entregar el acta, afirma que lo hace porque “no he hecho nada que desmerezca mi condición de representante de los linenses”.