Con las maletas cargadas de buenos recuerdos y la ilusión por volver el próximo año, los 120 niños sahararuis que este año han pasado dos meses de verano en la provincia de Huelva, gracias al programa 'Vacaciones en Paz', se han despedido este martes de sus familias de acogida para poner rumbo a su lugar de origen.
Abrazos, besos y lágrimas se han repartido en el Muelle de las Carabelas, lugar donde los jóvenes han puesto punto y final a su estancia en la provincia onubense. La diputada territorial de la Cuenca Minera, Susana Rivas, y el presidente de la Federación Onubense de Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui, Luis Cruz, se han unido también a esta emotiva despedida.
Un año más ha vuelto a quedar patente la solidaridad y la generosidad que demuestran cada verano las familias onubenses que participan en el programa 'Vacaciones en Paz', por el que niños procedentes de los campamentos de refugiados de Tindouf (Argelia) pueden disfrutar de dos meses en la provincia.
Así lo han destacado tanto la diputada Susana Rivas como Luis Cruz, quienes han subrayado que, las familias onubenses "vuelven a ser un ejemplo de solidaridad con la acogida de estos pequeños durante el verano y que, sin ellas, sería inviable este programa".
La diputada ha recordado que este programa solidario 'Vacaciones en Paz', que organiza la Federación Provincial de Huelva de Asociaciones Solidarias con el Sahara y con el que la Diputación viene colaborando desde sus inicios, a principio de los años 90, "tiene grandes beneficios, tanto para los niños y niñas saharauis como para las familias de acogida, promoviéndose el enriquecimiento cultural mutuo", que además permite a estas familias y su entorno "tener conciencia de la realidad de los campamentos de refugiados, con lo que aumenta el compromiso con la causa del pueblo saharaui".
Por su parte, Luis Cruz ha hecho hincapié en la sensibilidad solidaria de los onubenses, ya que pese a la situación económica, "las familias han continuado colaborando", al tiempo que ha remarcado que "sin la Diputación este proyecto no sería posible" por su aportación y apoyo, recordando también que las familias son "la base del mismo".
Durante la despedida de los pequeños con sus familias de acogida ha dejado instantes muy emotivos, superados por la satisfacción de estas personas que han logrado mantener alejados a estos niños de las altísimas temperaturas que se alcanzan en el desierto durante el verano, que rondan los 50º. Su estancia en la provincia les permite además disfrutar del ocio y del tiempo libre, como corresponde a cualquier niño de estas edades, entre siete y doce años.
Otro de los principales objetivos del programa es que los niños a su llegada se sometan a un exhaustivo reconocimiento médico gracias a un convenio con el Servicio Andaluz de Salud. En el caso de que presenten cualquier problema de salud se les da el tratamiento necesario, siendo una causa para que puedan permanecer en la provincia una vez finalizado el programa. A ello se suma que en las familias de acogida reciben una alimentación adecuada, lo que en algunos casos permite compensar, por ejemplo, las carencias de calcio o hierro que puedan presentar algunos de los pequeños.