A principios del presente año, cuatro marineros filipinos viajaban desde Londres hacia el Peñón para unirse a la tripulación de un buque, cuando su avión fue desviado a Málaga por mala climatología. Mientras otros pasajeros del mismo vuelo eran trasladados a Gibraltar en autobús, como es práctica habitual, a estos cuatro marineros se les denegó la entrada a España por parte de los funcionarios de inmigración.
Los marineros tenían visado pero para el Peñón, no para España y no tuvieron otra opción que regresar al Reino Unido.
En vista de la respuesta de la Comisión Europea al parlamentario liberal para Gibraltar, Graham Watson, los funcionarios españoles de inmigración podrían haber permitido el tránsito de estos ciudadanos no comunitarios. Watson presentó su pregunta ante el Parlamento destacando las dificultades a las que se tienen que enfrentar los viajeros no europeos que vuelan hacia el Peñón y son desviados a Málaga. El problema surge porque ni Gibraltar ni el Reino Unido son miembros del Acuerdo de Schengen.
En la respuesta el vicepresidente de la Comisión, Jacques Barrot, señaló que no tenía conocimiento directo de los casos nombrados por Watson, aunque matizó que de forma excepcional las autoridades de los Estados miembros pueden emitir visados de tránsito en las fronteras si el solicitante tiene en regla su visado para el lugar de destino final.
