Desesperado y sin saber prácticamente dónde acudir para que sea escuchado y que la pesadilla que le viene acechando en los últimos meses no se convierta en una realidad el próximo viernes. Su casa sale a subasta y podría verse despojado de lo que, según él, "es mi medio de vida".
Se trata de Adolfo Bosch Leira, conocido popularmente como Fofi, y que lleva luchando desde el año 1991 contra la Justicia y la Delegación Provincial de Cultura. Submarinista de profesión, por aquellos años un registro de la Guardia Civil en su vivienda provocó que le requisaran más de 1.000 piezas arqueológicas submarinas por las que le impusieron una multa de 17,5 millones de pesetas, que se han visto ampliadas hasta los 180.000 euros con los intereses y ello es lo que ha llevado a que este viernes le vuelvan a subastar la casa, puesto que el pasado mes de abril también salió a subasta y quedó desierta.
Esta misma semana Adolfo Bosch Leira ha estado en Cádiz manifestándose ante el monumento de la Constitución de 1812 acompañado de familiares y amigos en un último intento de ser escuchado por la Delegación Provincial de Cultura y llegar a un entente que sea lo menos gravoso para él.
Bosch Leira mantiene que en estos 24 años "se han cometido numerosas irregularidades" en las causas abiertas contra él y que todas ha perdido. "Soy capaz de encontrar hasta 200 errores entre todos los procedimientos y, en primer lugar, que nunca me he podido defender como cualquier ciudadano de este país se merece, puesto que nunca me han enseñado el expediente completo de mi caso y, en especial, parte del inventario, sobre todo los apartados dos y tres".
Si nadie lo remedia, Fofi afirma que "el 24 de julio se cometerá lo que para mi es un auténtico robo por parte de las autoridades administrativas y los jueces".
