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San Fernando

“Somos pocos, dependientes y viejos y eso no garantiza el futuro”

Josep Borrell ofreció un extraordinario discurso durante el acto institucional del 24-S que este año está dedicado a la adhesión de España a la Unión Europea. Criticó la "poca unidad" de la Europa actual y pidió a los europeos "abandonar su posición de comodidad".

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Sencillamente magistral. Dos palabras que definen a la perfección el contenido del discurso De San Fernando a Bruselas ofrecido este jueves por Josep Borrell Fontelles en el Real Teatro de Las Cortes y que supuso el acto institucional para conmemorar el 205 aniversario de Las Cortes Generales y Extraordinarias de 1810 celebradas en San Fernando. Cabe recordar que este año ha estado dedicado al 30 aniversario de la firma del Tratado de Adhesión de España a la Unión Europea.

El que fuera ministro de Fomento en la época de Felipe González y posteriormente presidente del Parlamento Europeo entre 2004-2007 hizo un excepcional repaso histórico sobre la Europa que se forjó en el año 1945, pasando por la incorporación de España en 1985, el intento de Constitución Europea y terminando con el presente y el futuro que se cierne sobre el estamento europeo y sus estados miembros si no se reacciona desde ya.

La figura de Borrell fue esbozada por el actual delegado municipal de Cultura, Juan José Carrera, quien realizó un somero repaso por la trayectoria política y personal del gran protagonista del día, quien tras dicha introducción tomó la palabra ante un teatro llenó en sus tres cuartas partes.  


“En Europa actualmente somos pocos, viejos y dependientes, y eso no es una garantía de fututo”, de esta forma acabó su intervención Borrell, pero hasta llegar ahí fue contando de manera didáctica y paso por paso cómo se ha fraguado una situación que, actualmente, hace temblar de los cimientos del ya no tan grande gigante europeo.

Josep Borrell comenzó su intervención haciendo referencia a la situación por la que atraviesa España, señalando que “nosotros no hemos sabido crear identidad propia como otros países, sino que hemos luchado entre nosotros mismos”.

El ex-ministro, tras un repaso histórico, se paró en el año 1945, cuando se originó la hoy Unión Europea. “Hasta la actualidad los europeos hemos atravesado la época más larga y fecunda de paz”.

30 años de España

Hablando en primera persona, Borrell repasaba lo que han supuesto los 30 años de España formando parte de la institución europea. “He visto como este país se ha transformado, han sido los mejores 30 años de nuestra historia moderna desde la batalla de Trafalgar. Cuando digo esto en Londres, los británicos se ríen, pero es que en esa batalla comenzó nuestra decadencia. Desde entonces y hasta que entramos en la Unión Europea fueron años de retraso para España”.

“En estos 30 años, y siendo ministro de Fomento, he cortado la cinta de 3.000 kilómetros de autopista en este país, también llegó la Alta Velocidad de Madrid a Sevilla y he visto crecer a este país con las infraestructuras más modernas y que han sido un ejemplo para Europa. Yo viví la época de la medicina para las pobres y hoy tenemos medicina para todos”, indicaba Josep Luis Borrell, añadiendo que “hoy día estamos orgullosos del camino recorrido, hemos podido mirar atrás y despedir esa mater dolorosa que era este país. Hoy ya podemos mirar más allá de los Pirineos”.

En su etapa como presidente participó en la redacción de una Constitución Europea que luego se quedó en un simple tratado, el de Lisboa. “A mi me tocó redactar una constitución desde una perspectiva más cómoda a la que se redactó aquí por la invasión francesa. La democracia no se instala a golpe de misiles”.

Borrell indicaba que “queríamos poner en marcha una historia constitucional europea construida a base de simbología, con la bandera azul de las estrellas, con el himno de La Alegría e incluso con un ministros de Asuntos Exteriores”, pero la realidad fue que “los europeos no estaban entonces preparados ni tampoco los estamos ahora para ser un solo pueblo. Desde Helsinki hasta Canarias somos muy diferentes, la palabra Constitución en lugar de levantar entusiasmo, levantó recelo. Fue sustituida por un Tratado de Lisboa desprovisto de épica y simbología”.

Para el socialista “Europa no está ahora mismo a la altura de los retos que sobre ella se ciernen”. 
Llegados a este punto, Josep Borrell fue girando su discurso hacia un tono más crítico y habló sin tapujos sobre las sensaciones que le trasmite la Unión Europea a día de hoy. “Hay poco unión y ni siquiera sabemos hacer frente a la avalancha de gente que está viniendo del extranjero y, en especial, de Siria. Les llamamos inmigrantes cuando realmente son refugiados, que huyen de la guerra. Y aquí, en vez de ayudarlos, levantamos muros para frenarlos”.

Sin unión

Para Borrell actualmente “no existe unión en la actual Europa, ni tampoco bastante Europa”, recordando que “es la única parte del mundo donde se combinan la libertad política con la solidaridad social y el progreso, no hay otro sitio igual”, valores que, según él, “están en peligro por nuestra propia debilidad, porque no tenemos el valor de hacer lo que hay que hacer para defendernos”.

Por todo ello, entiende que “los europeos debemos despertar de nuestro cómodo bienestar, es necesario que haya más esfuerzo colectivo y más compromiso. Creo que ahora mismo no somos conscientes de las amenazas que se ciernen por nuestro sur y nuestro este”.

Josep Borrell recuerda que “ser europeo a día de hoy es estar instalado en la comodidad, pero no debemos de olvidar que actualmente representamos el 6 por ciento de la población mundial, cuando después de la Guerra  Mundial éramos el 25 por ciento. Además, somos viejos porque doblamos en media de edad a la gente que nos rodea y somos dependientes porque el 80 por ciento de la energía que consumimos, la estamos exportando”.

Finalizó su intervención diciendo que “Europa ya no es una mater dolorosa, es el mundo el que es una mater dolorosa y nosotros no podemos seguir ejerciendo de simples enfermeros”.

Las palabras de Borrell calaron, y de que manera, en el respetable del Real Teatro de Las Cortes que le tributó una sonora ovación tras su parlamento (y todo ello sin un solo papel por delante).

Tras el discurso institucional tomó la palabra el consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, y, a renglón seguido, la alcaldesa isleña, Patricia Cavada.

Discurso de Cavada

"Conmemoramos hoy el 205 aniversario del juramento de los diputados, constituidos en Parlamento, aquí en San Fernando, para la elaboración de la primera Constitución de España, que se produjo, tal día como hoy, un 24 de septiembre de 1810, a las nueve y media de la mañana, en la Iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo. Quiero empezar transmitiéndoles que siento un enorme orgullo por compartir un espacio y posición con personas admirables".

"Las que nos acompañan hoy, como Josep Borrell, al que le agradezco personalmente su presencia, así como con las que estuvieron antes como José Bono o Gonzalo Moliner entre otros, cuyas trayectorias humanas y profesionales son una referencia clara para nuestra sociedad".

"Todos sabemos que es mi deber como Alcaldesa dirigir las acciones para intentar hacer de ésta, cada día, una ciudad mejor. Pero considero también que debe ser tarea de los representantes públicos el marcar siempre, las líneas de un camino ético y político que nos hagan profundizar en los valores que nos dimos en la constitución, y que nos alerten o guíen, cada día un poco más, hacia una sociedad más libre, justa y solidaria".

"Sin duda, el 24 de Septiembre es un día de celebración, pero precisamente por el significado de lo que conmemoramos, es también, un día de reivindicación y reflexión política y social".

"En esta ocasión hemos querido dedicar este acto a la conmemoración de los 30 años del momento en el que España entró a formar parte de la Unión Europea. Pero no tendría yo la fuerza moral que una ciudad necesita de su Alcaldesa, si solo dedicara este discurso a lanzar agradecimientos floridos, referencias históricas o piropos retóricos desde esta tribuna a esa Institución, en un momento y situación donde nuestra gente en España y Europa sufren con nombres y apellidos el dramatismo de situaciones despiadadas".

"Quiero hoy más que nunca defender los valores de la Unión Europea. Los valores de las naciones que se unieron para conseguir en Europa la etapa más larga de paz, prosperidad y progreso que hemos conocido. La historia quiso que fuera un Puente, Sí un Puente, pero no ese que todos tenéis en la cabeza y que se inaugura hoy y han llamado de la Constitución de 1812. Sino el verdadero Puente protagonista que posibilitó que en Cádiz y en San Fernando se forjara la primera constitución de España".

"Os hablo claro del Puente Zuazo. Un Puente que a la vez que nos permitía detener al ejército francés, se convertía en un Puente de Unión de derechos y libertades que configuraron la base de las ideas también que formaron 175 años después la firma de El Tratado de la Unión".

"Quiero por tanto, alabar a la Unión Europea  Unión Política entre Estados como única herramienta de progreso y justicia.  Alertando eso sí de la necesidad de reorientar el rumbo, hacia respuestas claras de los dramas humanos que padecemos en este continente hoy confuso entre números macro-económicos y despiadados mercados".

"Cuando escribía estas palabras,  me preguntaba si sería posible Tras las que seguro serían unas acertadas reflexiones del profesor Borrel, y en este escenario mediático en el que vivimosde voces constantemente alteradas, decir algo que aportara valor  y guiara sobre una senda de esperanza".

"Quizás no lo consiga del todo, pero me culparía a mí misma si no hiciera siempre como escribió en su epitafio Willi Brandt:  (miembro destacado del Parlamento Europeo desde 1979 a 1983) un: “Lo he intentado”. Intentarlo en cada una de mis tareas como representante pública. Intentar despertar conciencias,  no tanto por la credibilidad o certeza de quien les habla, sino por la voluntad e inteligencia de quien me escucha".

"Cuando hablo como Alcaldesa,  me confieren a que hable en nombre de la Ciudad ¡Como si eso en realidad fuera posible!. Y siempre pienso,qué nos diría, si desde una de esas butacas de este real teatro, podría yo alguna vez llamar de verdad a la Ciudad hecha persona  a subir aquí y hablarnos. Seguramente mirando la vista atrás se sentiría vieja, pero si la echara hacia delante seguro que se vería Joven y llena de fuerza y esperanza. Esta ciudad está llena de historia. En nuestros suelos cada vez que realizamos una obra  encontramos estratos que debido al proceso de sedimentación nos hablan claramente del pasado. Una ciudad hecha persona tendría la piel formada por estratos, por sedimentos de sabios conocimientos".

"Por ello, es muy posible que San Fernando, con la experiencia de haber vivido miles de años orgullosa, viendo a su alrededor como el mundo unas veces se convulsionaba,  o en otras ver el auge y caídas de imperios, de haber vivido durante revoluciones y repúblicas,  o mientras las artes, la música y la ciencia reflejaban el esfuerzo humano,  pero también durante guerras y matanzas que otras veces han puesto de manifiesto la intensidad de la crueldad del hombre para el hombre".

"Quizás ella, solo ella, desde esa experiencia,  sería capaz de hacernos entender lo que de verdad significa este lugar donde los españoles forjamos una isla de derechos constitucionales desafiando las dificultades más adversas".

"Quizás ella solo ella, sería capaz de hacernos entender también  que con esos mismos franceses con los que luchábamos hace apenas dos cientos años con cañones, fusiles, bayonetas y mosquetes,  30 años después firmáramos,con solo una pluma como arma,  una unión de países en Europa  que ha permitido años de paz y progreso".

"Quizás sólo ella nos podría hacer entender que pese a nuestra pesadumbre de hoy, la mayoría de los sueños de entonces se han cumplido. Pero quizás ella, hecha persona,  también nos podría decir que la experiencia de los años  nos enseña que la autocomplacencia  no figura en el carácter de los grandes pueblos. Y que aunque las amenazas de hoy  no sean igual de crudas que las de hace dos siglos, o incluso de hace cincuenta años. La lucha por la libertad y la seguridad y la dignidad humana, es una lucha continua.Puede que ya no tengamos un ejército francés velando armas tras el puente Zuazo. Y que ahora las batallas con Francia se libren en canchas de baloncesto".

"Pero quizás viendo las noticias de lo que está ahora ocurriendo en la Europa de los refugiados nos preguntaría que nos ha pasado. Y nos recordaría algunos de nuestros principios fundamentales. Porque desde aquí defendimos a la “dignidad del hombre como inviolable”. Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen. Y nuestro pasado compartido demuestra que ninguno de nuestros desafíos actuales pueden resolverse a menos que nos consideremos, a nosotros mismos,como parte de algo más grande que nuestra propia experiencia".

"Así que solo seremos más libres y felices, como defendemos desde 1810, si dejamos para el futuro un sedimento (un estrato) que diga que nosotros construimos un mundo mejor que el que nos encontramos al llegar cuando todo el pueblo tenga oportunidades, y cuando nuestras parejas e hijos tengan las mismas oportunidades independientemente de su sexo. Solo seremos más libres y felices cuando respetemos las religiones que se practican en todas nuestras iglesias o sinagogas, en nuestras mezquitas y nuestros templos".

"Cuando le demos la bienvenida al inmigrante con sus talentos o sus sueños. Cuando tendamos puentes en nuestros corazones que nos unan a aquellos que no se parecen en su aspecto a nosotros, o no piensan como nosotros. Solo seremos más libres y felices si a medida que salgamos de la crisis, no apartamos la vista de la creciente desigualdad, ni de la desesperación de los jóvenes que están desempleados. Si creamos nuevosescaleras de oportunidades en nuestra sociedad".

"Pero también tenemos la obligación moral de ayudar a levantar los rincones empobrecidos del mundo. A promover el crecimiento, evitando que un niño que nace hoy viva toda su vida en la extrema pobreza. Son los ciudadanos más vulnerables de toda la sociedad. No podemos permitir lo que están padeciendo los niños en el drama humanitario de Siria. Los niños y niñas deberían poder jugar con libertad, Felices, sin ser torturados por los dolores del hambre. Sin ser desolados por la enfermedad. Sin ser amenazados por el abuso ni alejados de sus casas acosados por el pánico que sufre un Refugiado. No debemos permitir nunca que hayan prisioneros de conciencia
O que los derechos de alguna persona sean violados".

"Lo que hemos vivido estos días me avergüenza. Y me refuerza en mis convicciones y luchas. Si seguimos defendiendo estos ideales es como nos mantendremos fieles a nuestra mejor historia, a lo que somos y debemos ser como pueblo. Estas son las convicciones que nos guían, los valores que nos inspiran, los principios que nos unen".

"Nuestra ciudad si pudiera hablarnos nos enseñaría en definitiva que sólo seremos más libres cuando todas las personas pueden ir en busca de su felicidad. Así que un año más, debemos preguntarnos si tenemos el coraje para enfrentarnos a estos retos como lo tuvieron nuestros antepasados que hoy conmemoramos. Nos queda historia por hacer. Ylos que nos precedieron nos llaman a que estemos a la altura de esos ideales. Esta es la lección de los tiempos. Este es el espíritu de las Cortes de 1810.Y el mayor tributo que podemos hacerles a quienes nos precedieron es continuar con su trabajo para buscar la paz y la justicia no sólo en nuestros países sino en toda la humanidad".

"Así que salgamos ahora a las calles, a celebrar y a gritar que somos un pueblo que eligió siempre luchar sin miedo. Que en estos días turbios y confusos vivimos la vida mirando hacia delante, pero entendiéndola mirando hacia detrás. Que San Fernando cada 24 de Septiembre no es un pueblo, un sentimiento, una idea o un proyecto. Es la respuesta a lo que debemos ser".

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