Una petición en Change.org para que el Gobierno paralice el proyecto de crear un título de FP Básica titulado 'Tauromaquia y Actividades Auxiliares Ganaderas' ha recabado más de 85.000 apoyos en la plataforma digital.
Su impulsor, Carlos Moya Velázquez, critica en el texto de la iniciativa que el proyecto de Educación "ya es demasiado" y subraya que "bastante malo es de por sí" que la ley de maltrato animal exima la tauromaquia".
A juicio del activista, que ha impulsado más de 340 acciones en la plataforma digital, la iniciativa de crear el grado responde al objetivo de "perpetuar una tradición en declive creando artificialmente un relevo generacional que ya casi no existe, enseñando a niños de 15 años a torturar animales".
El colectivo 'La tortura no es cultura' se ha hecho eco de la iniciativa y se ha mostrado convencido de que el proyecto de educación es una respuesta a "la eliminación de las subvenciones municipales de varias escuelas de tauromaquia".
Según esta organización, al convertir la formación torera en estudios reglados, el ministerio conseguiría asegurar el mantenimiento económico de las escuelas que la imparten, ofreciendo a la vez "otra via de financiación y de relevo generacional a un espectáculo que se ha demostrado claramente deficitario".
Además, ha hecho hincapié en el conflicto que, a su juicio, supone la formación de menores en tauromaquia con la Convención de los Derechos del Niño. Según este colectivo, el Comité de Derechos del Niño de la ONU "se ha pronunciado de forma expresa en contra de que los niños, niñas y adolescentes participen o asistan a corridas de toros y otros eventos taurinos".
"No deja de sorprendernos los recortes en educación y la propuesta de reducir los estudios más centrados en humanidades, por ser menos "productivos" y se proponga un FP de Tauromaquia que suma todos los posibles aspectos negativos; contrario al posicionamiento de expertos en cuanto a riesgos para los menores, contrario a la ética predominante, donde cada día se rechazan más estos espectáculos y como hemos visto, poco productivo desde un punto de vista laboral", concluye el portavoz de 'La tortura no es cultura', Sergio Torres.