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Sevilla

La Fiscalía imputa un delito de asesinato al presunto autor del crimen del vicario de San Isidoro

El Ministerio Público considera que el imputado desarrolló "un plan preconcebido" con la intención "de acabar con la vida" del vicario

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La Fiscalía de Sevilla ha imputado este miércoles un delito de asesinato a José Eugenio A.F., el hombre de 52 años de edad que fue detenido el día 16 de julio en la capital hispalense como presunto autor de la muerte a cuchilladas del vicario parroquial de San Isidoro, Carlos Martínez Pérez, hechos por los que se encuentra actualmente en prisión.

   Fuentes del caso han informado de que el Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla ha acogido este miércoles una comparecencia, en la que ha estado presente el propio encausado, a fin de concretarle su imputación y comunicarle que el procedimiento se tramitará por la Ley del Jurado, pues al tratarse de un presunto delito de asesinato será enjuiciado por un jurado popular.

   Las mismas fuentes consultadas por Europa Press han precisado que la representante del Ministerio Público le ha imputado un delito de asesinato al entender que puso en marcha "un plan preconcebido" con el objetivo "de acabar con la vida" del vicario, para lo cual compró dos cuchillos en un bazar chino de Triana y lo siguió hasta su domicilio en la calle Francisco Carrión Mejías, donde le asestó "varias" puñaladas en el momento en que se disponía a entrar en el portal.


   La abogada que defiende de oficio al imputado, Encarnación Molino, se ha opuesto a dicha imputación y a la calificación jurídica "provisional" formulada por la Fiscalía y ha solicitado la práctica de una serie de diligencias, entre ellas una ampliación del informe elaborado por un psiquiatra forense del Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla.

AMPLIACIÓN DEL INFORME PSIQUIÁTRICO

   En su informe, este psiquiatra considera que el imputado sufre un trastorno adaptativo de la personalidad que provoca una alteración en su capacidad volitiva, lo que podría suponer la aplicación de una atenuante simple o cualificada, no obstante lo cual remarca que, en el momento de cometer el crimen, "conocía lo que estaba haciendo".

   De igual modo, la letrada del imputado ha solicitado que se pida la historia clínica de su cliente en el Hospital San Juan de Dios de Bormujos, donde estuvo ingresado la misma mañana de los hechos, y también que se informe sobre si está siendo tratado en prisión, todo ello con el objetivo de aclara cuál es su estado mental.

   Asimismo, la abogada ha pedido que se recabe expediente de minusvalía de su patrocinado, han indicado las mismas fuentes, que han añadido que la juez ha accedido a practicar al encausado una prueba caligráfica a fin de dilucidar si las dos cartas que remitió a sendas amigas confesando los hechos son de su puño y letra.

   La abogada del imputado, que es socia del bufete Montero-Aramburu Abogados y coordinadora de su Departamento Penal pero que en este caso ha sido designada de oficio, ha explicado a los periodistas que es letrada de oficio "desde hace muchos años" y ha destacado que "vestir la toga para defender a una persona es un honor con independencia de su condición social".

   Asimismo, Encarnación Molino ha puesto de manifiesto que "es algo que debo a la sociedad" y que asume "con la mayor responsabilidad".

LOS HECHOS

   Los hechos tuvieron lugar sobre las 20,00 horas del día 16 de julio en la calle Francisco Carrión Mejías, en el centro de Sevilla, donde el imputado, tras comprar dos cuchillos en un bazar chino de Triana, esperó a la víctima, que volvía de celebrar misa en el convento de San Leandro, y le asestó varias puñaladas que acabaron con su vida.

   El presunto agresor huyó del lugar de los hechos a bordo de un vehículo tras cometer supuestamente el crimen, siendo detenido por los agentes de la Policía Nacional en la calle Santa Cecilia, en pleno barrio de Triana, muy próximo a la vivienda de su pareja y sobrina del cura.

   La mañana del día del crimen, el imputado abandonó el hospital donde se encontraba ingresado después de que, incluso, hubiera protagonizado un intento de suicidio, y llegó a entrar en contacto con su mujer, a la que vio antes y después de que se sometiera a unas pruebas médicas para hablar de su relación sentimental, ya que se encontraban en trámites de divorcio.

RECONOCE LOS HECHOS

   Durante su declaración ante la Policía, el detenido confesó el crimen y relató que cogió los cuchillos y fue a la calle Francisco Carrión Mejías, donde vivía el sacerdote, para asestarle varias puñaladas, añadiendo que el motivo que le llevó a tomar esta decisión fue que culpaba a la víctima "de los males de su matrimonio, debido a la influencia que ejercía sobre su mujer".

   No obstante, el imputado negó que se desplazara hasta Triana, donde fue detenido por la Policía, con la intención de matar a su mujer, sino que se desplazó hasta allí para "contarle en persona lo que había hecho", aunque previamente ya le había informado por teléfono de lo ocurrido a través de un mensaje telefónico donde le dijo: "tu tío se está desangrando en el portal, lo he matado".

   Posteriormente, el detenido compareció ante el juez de guardia, ante el que se acogió a su derecho constitucional a no declarar, tras lo que el juez ordenó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por un presunto delito de asesinato.

LA AUTOPSIA

   La autopsia practicada al cadáver del vicario parroquial de San Isidoro concluye, de su lado, que la víctima recibió cuatro puñaladas "muy profundas y muy violentas", siendo "mortal" la primera de ellas, que recibió directamente en el corazón, tras lo que falleció como consecuencia de un shock hipovolémico "con destrucción de centros vitales".

   En su informe, los médicos forenses relatan que el finado recibió cuatro puñaladas "muy profundas y muy violentas", todas ellas en el tórax, así como dos cortes de gravedad en el antebrazo y los dedos de la mano izquierda.

   En este sentido, precisan que la primera puñalada "le penetró hasta el corazón" y resultó ser "mortal", mientras que el resto de puñaladas son posteriores. Así, la segunda puñalada "le penetró hasta el hígado" y la tercera "hasta el hígado y el colon", mientras que la cuarta puñalada le llegó "hasta la musculatura abdominal".

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