La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha absuelto a un preso de unos 30 años de edad, que estaba acusado de un delito de agresión sexual sobre otro de 26 años en el centro penitenciario de la capital cordobesa, al considerar los magistrados que "hay ciertas ambigüedades o incoherencias nada irrelevantes" en las declaraciones del denunciante a lo largo del procedimiento.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, da por probado que, al menos durante los días 25 y 26 del mes mayo de 2014, el procesado compartía celda con el otro interno, "surgiendo entre ellos diversas desavenencias por cuestiones que no han quedado totalmente aclaradas".
Ante ello, el día 27 intervino en "la polémica" otro interno para ponerse del lado del denunciante, "generándose entonces una fuerte discusión" entre el acusado y el último preso, "dándose voces y gritos", algo que motivó la intervención de los funcionarios del centro.
No obstante, los jueces señalan que "no consta que el origen de la disputa surgida entre el procesado y el primer interno esté en unas relaciones sexuales mantenidas los días 25 y 26 con penetraciones anales y accesos bucales ni, por tanto, que a ellas se sometiese el segundo al verse amenazado por el primero mediante la utilización de un bolígrafo con una hoja de cuchilla de afeitar".
Al respecto, según adelanta 'Diario Córdoba', la versión ofrecida por la supuesta víctima "no queda verdaderamente corroborada", al tiempo que en la resolución se resalta que los médicos que lo atendieron no encontraron signos de violencia que indiquen la existencia de unas relaciones no consentidas, por lo que "queda seriamente resentida en su credibilidad la versión inculpatoria".
En este sentido, el preso de 30 años manifestó ante el tribunal que ambos mantuvieron "relaciones consentidas" y negó que lo violara, motivo por el que se declaró "inocente", a la vez que declaró que "en ningún momento ha querido hacer daño", por lo que aseguró que no entiende ni comprende la denuncia sobre estos hechos.
Cabe señalar que la Fiscalía solicitaba para el acusado una pena de nueve años de cárcel. En su escrito sostenía que el procesado "tenía asustado" al otro interno, porque "quería obligarle a la introducción de droga en el centro durante las comunicaciones" y presuntamente le obligó a mantener relaciones sexuales con él.
