Zabalo inculpaba así a Berasategui en los hechos por los que ha sido juzgado y por los que la fiscal Blanca Rodríguez pide una condena para el acusado, que se acogió a su derecho a no declarar, de 13 años de cárcel por tenencia ilícita de armas, depósito de explosivos y falsificación de documento oficial.
En su comparecencia como testigo ante el tribunal, presidido por el magistrado Ángel Hurtado, que le tuvo que hacer una advertencia al verle saludar a personas sentadas entre el público, Zabalo aseguró que el comando colocó “varios coches-bomba”, pero dijo no recordar exactamente dónde.
Peor memoria ha tenido la tercera integrante del Behorburu, Ainhoa Barbarin, quien en su declaración como testigo, insistió en que no se acordaba de “nada”, lo que ha motivado que la fiscal haya pedido al tribunal que le deduzca testimonio por desobediencia, ya que todo testigo está obligado a decir la verdad.
La Fiscalía les acusa de colocar el coche-bomba desactivado en el aeropuerto de Málaga y de otros que explosionaron en Tarragona, Barajas y Vitoria.