La operación Pellele se ha desarrollado en las provincias de Valencia, Castellón, Barcelona y Tarragona y ha permitido también la incautación de una pistola de 9 milímetros Parabellum, un revólver de fogueo, tres embarcaciones, diez vehículos de alta gama y gran cantidad de dinero, según fuentes de la Guardia Civil.
La operación comenzó al conocerse la existencia de una organización dedicada a la introducción y distribución tanto en España como en Polonia de grandes cantidades de hachís.
Las primeras investigaciones dieron como resultado el descubrimiento de una organización “perfectamente jerarquizada” y que en todo momento mantenía un amplio dispositivo de seguridad y autoprotección de sus miembros.
Esa organización estaba estructurada en grupos donde los componentes eran de la misma nacionalidad y cada uno de ellos se especializaba en una función concreta.
Los ciudadanos marroquíes asumían la dirección, el control de las operaciones, el contacto con las organizaciones de origen y la comercialización de la droga en Cataluña y la Comunitat Valenciana mediante menudeo, y respaldaban la parte económica de las operaciones.