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Sevilla

Una fundación mantendrá el órgano hidráulico del Alcázar

El Alcázar de Sevilla ha adjudicado a la Fundación Alqvimia Musicae el mantenimiento del único órgano hidráulico que queda en España

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  • El organero Abraham Martínez -

El Alcázar de Sevilla ha adjudicado a la Fundación Alqvimia Musicae el mantenimiento del único órgano hidráulico que queda en España, que funciona por un sistema de corrientes de agua en el Jardín de las Damas del conjunto palaciego.

Se trata de una labor que llevará a cabo la fundación el organero Abraham Martínez, que hoy ha realizado una revisión general del instrumento, situado tras una fuente fechada en el siglo XVII y reabierta hace una década, tras estar más de un siglo oculta y prácticamente desconocida.

La conocida como fuente del órgano o de la fama es lugar de reunión de los turistas cada hora en punto, ya que es cuando se activa el mecanismo y comienzan a sonar melodías mediante la activación de corrientes de agua, por un sistema parecido al de las pianolas.

Durante la visita, Martínez ha explicado a Efe que se trata de un sistema que hace que se muevan los rodillos y suene durante unos minutos tocando piezas de Francisco Correa de Arauxo (Sevilla, 1584 Segovia, 1654), que se podría considerar el Bach español.

Concretamente, emite las piezas llamadas 'LXVIII Canto Llano de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y Siguense Dies', y 'Seis Glosas sobre el Canto Llano'.

Para Martínez, se trata de una fuente especialmente llamativa para los turistas, ya que "de pronto, a las horas en punto, la gente escucha el órgano pero no sabe de dónde viene la música, y se produce una atmósfera muy especial".

Este tipo de fuentes, de las sólo que existen cuatro ejemplares en todo el mundo, tienen su origen en el siglo IV en Alejandría, aunque su diseño evolucionó en Italia en los siglos XVI y XVII, y "sigue perfectamente la filología constructiva de las máquinas similares tardo renacentistas; la diversidad está en los materiales empleados, obviamente materiales como el acero y el bronce que garantizan su duración en el tiempo", según ha explicado el Alcázar.

La original fuente sufrió daños por el terremoto de Lisboa, el 1 de noviembre de 1755, desperfectos que fueron arreglados cuatro años después, para posteriormente ser objeto de una restauración integral a finales del siglo XIX.

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