El entrenador portugués José Mourinho criticó con dureza el mercado de los fichajes que este verano se está dando en Europa y dijo que su equipo del Manchester United no iba a entrar en la "locura" de pagar traspasos millonarios por jugadores "promedio".
"Lo que se está pagando son cifras de locos que no corresponden con la calidad de los jugadores", declaró Mourinho en rueda de prensa ofrecida en Houston, donde hoy su equipo se enfrenta al Manchester City, en partido correspondientes al torneo International Champions Cup, en lo que será el primer derbi inglés en el extranjero.
Aunque el Manchester United ha pagado 100 millones de euros por los fichajes del belga Romelu Lukaku y el defensa sueco Victor Lindelof, ha rechazó el del delantero español Álvaro Morata, del Real Madrid, ahora ya nuevo jugador del Chelsea.
Operación que Mourinho dijo no tenía nada que comentar porque era un asunto del Chelsea.
"Nosotros conseguimos a un gran jugador, que conozco (Lukaku), que puede crecer muchísimo y estamos contentos", destacó Mourinho. "Pedí cuatro fichajes y al final el dueño de nuestro equipo aceptará tres".
Mourinho quiere conseguir al delantero croata Ivan Perisic del Inter de Milán, que pide 55 millones de euros y a Eric Dier, del Tottenham, que quieren 62 millones.
"Todo el mundo sabe porque dije que me gustaría tener cuatro jugadores, pero estoy listo para quedarme con tres, dado que el mercado es difícil después que algunos equipos piensan que es diferente al de otros", valoró Mourinho, que criticó abiertamente lo que había costado al Manchester City el defensa Kyle Walker, 56 millones de euros.
De acuerdo a Mourinho, el objetivo final con los fichajes es alcanzar un mejor equilibrio en la plantilla, que incrementen las condiciones para competir y eso piensa que el Manchester United, lo ha conseguido.
Mourinho reiteró que no le sorprendía el poder económico de los equipos, ni los traspasos millonarios por grandes jugadores, pero ahora se estaban pagando también por buenos jugadores.
"Hay una diferencia entre los grandes y los buenos jugadores y ahora las cifras son realmente locas también para los jugadores normales", señaló el técnico portugués.
En cuanto al Derbi entre ambos equipos ingleses y la rivalidad profesional con el entrenador español Peg Guardiola, que dirige al Manchester City, Mourinho dijo que lo enmarcaba en un partido más de preparación de la pretemporada y nada de enfrentamientos personales.
"Hemos jugado dos amistosos con equipos de la MLS y ahora llega el momento de elevar el nivel de competición al hacerlo con el City, Real Madrid y Barcelona", destacó Mourinho. "No se que intenciones tiene el City en cuanto al partido y el torneo, pero el nuestro está muy claro, darle minutos a los jugadores y convertirlo en un entrenamiento".
Guardiola, que había ofrecido anteriormente otra rueda de prensa, se expresó en los mismos términos en cuanto al significado del partido, en el que no habrá ningún tipo de presión por ganar.
"Nuestra relación es buena, trabajamos durante tres años en el mismo equipo (Barcelona), luego con mi llegada al Real Madrid se dio unas circunstancias muy especiales para ambos clubes y la rivalidad en España es muy distinta a lo que se vive en Inglaterra", analizó Mourinho.
Sin embargo, los aficionados en Houston no ven el partido de la misma manera, y ya se ha convertido en el sexto evento deportivo más solicitado en la ciudad después del Super Bowl, con precio promedio de las entradas más baratas en 200 dólares.
Los organizadores esperan un lleno completo en el aforo del NRG Stadium, donde el pasado febrero se disputó el Super Bowl, y superar la marca de los 70.000 espectadores que se dio hace siete años cuando se jugó el Partido de las Estrellas de la MLS contra el Manchester United, que entonces dirigía el legendario exentrenador Alex Ferguson, que hizo debutar al mexicano Chicharito Hernández.