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Jaén

Carrera y lumbres llenan de vida un gran sábado

La capital celebró un sábado de fiesta deportiva y social que se ha convertido en un orgullo para la ciudad, con la XXXV Carrera Urbana Internacional...

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  • Momentos de la carrera y las lumbres. -

La capital ha vivido este sábado una fiesta deportiva y social histórica con la celebración de la XXXV Carrera Urbana Internacional Noche de San Antón, que congregó a más de 8.300 corredores, entre profesionales y amateur, adultos y niños, en una cita de enero que es el orgullo de Jaén y su gente.

 Éste ha sido el segundo año en la historia de la prueba que la celebración ha cambiado su fecha original, pasando al sábado más cercano al 16 de enero, y se ha confirmado que la tradición se hace grande.

El éxito estaba garantizado porque los dorsales se agotaron en pocas horas. Jaén tenía ganas de vivir la prueba y la pudo celebrar sin lluvia, a pesar de que las predicciones apuntaban a una noche de agua.


Todo estaba listo en el punto de salida. Primero para los participantes de la carrera infantil y seguidamente para los corredores que se enfrentaban a diez kilómetros de recorrido, que sólo una vez al año se llenan de ilusión, magia, esfuerzo y muchas sensaciones. No es una prueba fácil y el ánimo de quien la apoya llenando cada lugar del recorrido, es un aliento imprescindible para los corredores.

La salida, establecida por cajones, dejó ver a atletas de élite en la primera fila.  El catalán Carlos Castillejo, del Adidas, y la marroquí Nazha Macroch, del Unicaja, lograron el primer puesto y repitieron la victoria conseguida en 2017, después de dominar con autoridad la prueba.

Los participantes corrieron, pero también vivieron momentos inolvidables desde el minuto uno de la salida. El primero, en el cruce del puente del Gran Eje. Centenares de personas esperaban su paso y los vítores y aplausos fueron muy calurosos. Luego llegó la subida de la Avenida de Madrid, la primera para poner a prueba piernas y cabeza. La llegada a Puerta del Ángel fue con ‘aglomeración’ y la subida de la cuesta de Senda de los Huertos, muy arropada por los jienenses.

Uno de los momentos más bonitos del recorrido fue el paso por la plaza de Santa María. No hubo corredor que no levantara la cabeza para mirar la Catedral y seguir buscando buenos momentos en una carrera que se prolongó durante una hora y media.

Fue una noche fría, con menos antorchas que otros años, pero con calles llenas de personas que apoyan una tradición que en dos años se ha consolidado en un sábado incomparable.

Las llamas de las antorchas prendidas dieron calor en distintos puntos del recorrido, pero en cada uno de ellos se vieron a menores con la palma de la mano abierta, esperando el saludo de quienes corrían.

En definitiva, se respiró la ilusión de poder celebrar una prueba que engrandece a Jaén y que habla de su gente. Aunque hubo lumbres encendidas durante la carrera, fue al terminar la prueba cuando éstas se llenaron de ciudadanos. Un total de 23 colectivos, entre asociaciones de vecinos, hermandades, asociaciones culturales, bares, centros educativos y clubes deportivos celebraron una noche de fuego, de bailes, de vino, carnes y rosetas, de un ambiente único en Jaén por una fiesta declarada de Interés Turístico de Andalucía.

Lumbres como la de los barrios de Expansión Norte, Loma del Royo, el Polígono del Valle o La Merced congregaron a centenares de jienenses. También los establecimientos hosteleros (menú del corredor) recibieron a numerosos comensales, con terrazas y bares llenos en un sábado irrepetible en la capital.

Según datos facilitados por la Asociación Provincial de Alojamientos Hoteleros, la ocupación media fue del 98%, tanto en a capital como en el área metropolitana. "Se correspondió con clientes cuyo perfil mayoritario era que acudían para participar en la Carrera de San Antón", afirma Juan Manuel Camacho, de la junta directiva de la patronal de hoteles.

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