Los ciudadanos de Arcos de la Frontera que han votado a través de la web municipal qué tipo de iluminación querían para el casco antiguo se han declinado finalmente por la luz cálida, es decir, la de color amarillo, frente a la otra opción que era la blanca. Esta ha sido una experiencia piloto que ha partido del equipo de Gobierno, concretamente de la Delegación municipal de Participación Ciudadana, que ha querido así dar protagonismo a los vecinos de Arcos en la toma de decisiones.
Cuando llegue el momento de renovar el alumbrado público -servicio ya debidamente licitado- la luz cálida o amarilla predominará en las enigmáticas calles del recinto monumental, al creerlo así más estético la mayor parte de las personas que han depositado su voto vía on line. No obstante, aunque en este sentido se respetará lo elegido por la mayoría, también han salido voces discrepantes que consideran que la luz cálida tiene menos intensidad y que, por tanto, deja más oscuro el recinto monumental. Cuestión de gustos.
