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Cádiz

"Cádiz tiene que volver a estar abierta a todos los gaditanos"

Entrevista a Mercedes Colombo, concejala y presidenta local del PP de Cádiz. Confía en el papel que vaya a hacer Juancho Ortiz como candidato

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Mercedes Colombo (1965) llegó a la política de la mano de la ex alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez. Procede de una familia numerosa y conocida de Cádiz, con orígenes muy distintos que pasan por  Italia, Alemania y Francia.  Tiene 12 hermanos que ella menciona sin cesar, entre los que ocupa el onceavo puesto. Es madre de dos hijos y   está casada con Alfonso Pozuelo, ex delegado del Estado para la Zona Franca. Es una enamorada del Carnaval y de toda la idiosincrasia de Cádiz, llegando incluso a sacar agrupaciones ilegales en algún momento de su vida. Tras compartir con Martínez su mandato al frente del Gobierno de Cádiz, ahora ocupa el puesto de concejal en la oposición. Acaba de cumplir un año como presidenta local del partido. 

¿Cómo llegó a la política?

—Me metí en política porque siempre me han gustado las organizaciones, colaborar con mi ciudad y con la sociedad y porque conocí a Teófila siendo interventora del PP en las mesas y nos enganchó a mí y a mi amiga Adela. Nos ilusionó colaborar con ella para el proyecto del PP en Cádiz.

¿Qué diferencia hay entre la Mercedes Colombo de antes y la de ahora?

—La edad (se ríe). La experiencia es un grado, ves las cosas desde otra perspectiva, más sosegada, más realista, pero con la misma ilusión.

Mercesde Colombo.

¿Qué recuerdo tiene del 15 de junio de 2015, el día de la toma de posesión del nuevo gobierno?

— Recuerdo horror por el odio que transmitían algunos ciudadanos.

¿Cree que el PP se merecía eso?

—No se lo merece nadie. Ni el PP ni ningún otro partido. Una cosa es que no te gusten y otra es odiar a ese partido. Familiares míos lo vivieron en la puerta de San Juan de Dios, lo que pasa es que se cachondearon de todos ellos.

¿Y el primer día que entró en el Ayuntamiento?

—Recuerdo ese día, yendo para el Ayuntamiento, que iba un poco apurada. De responsabilidad, como un peso. Ya no me sentía como una ciudadana normal, sino una ciudadana con mucha responsabilidad.

En su tiempo de gestión en la ciudad  llevó áreas como Familia, Mujer... ¿Qué supuso para usted tener esa responsabilidad

—Siempre me han gustado más las áreas que trabajan con personas que otras más técnicas y creo que estoy más capacitada para estas que para las técnicas. Me gustaban, me he sentido muy  a gusto, significan mejorar la calidad de vida de personas más desfavorecidas. Esos valores cristianos que uno tiene los transmite en su gestión. La igualdad, la solidaridad, el compartir...

¿Tiene alguna espinita clavada de algo que no pudiera conseguir durante sus años de gestión?

—Sí, no pude conseguir que se trabajara integralmente con las familias. No porque los políticos no quisiéramos, sino porque nos encontramos muchos problemas estructurales de algunas de las delegaciones

¿Y se intentó poner algún tipo de solución por parte del Gobierno local de entonces?

Se intentó no, se dijo, se estudió, se trabajó... Pero cuando no hay disposición por parte de los que gestionan es muy complicado.

La llegada del denominado como gobierno del cambio, ¿ha aportado algo a la ciudad?

— Nada, no tienen un modelo de ciudad, no creen en una sociedad justa ni igualitaria. Practican políticas sectarias. Ni en las áreas que yo levaba, ni en áreas como mobiliario urbano, vía pública, limpieza, seguridad...  

¿Qué tal es su relación con el alcalde? ¿Y con el resto?

— Cordial. De alcalde y concejala. Con la oposición muy bien y con el Gobierno de oposición con equipo de Gobierno, pero no por no ofrecerles colaboración. Yo se la ofrecí personalmente a la edil de Asuntos Sociales y nunca la aceptó ni nunca llamó.

¿Ha sentido alguna vez prácticas machistas en el seno del Ayuntamiento?

—Con los técnicos no, con algunos de mis compañeros sí. No me he sentido discriminada por ser mujer nunca y cuando he sentido algún atisbo, por ejemplo, en mi casa cuando era chica, me he rebelado. Que yo no me sienta discriminada no quiere decir que no exista. Existe y mucho, y no sólo en situaciones de mujeres con carencias sociales o económicas. Existe en todos los ámbitos. Pero yo tengo mucho carácter para aguantar eso. 

En materia de mujer, ¿qué diferencias hay entre el Partido Popular y Podemos?

—La diferencia es que nosotros trabajamos para todas las mujeres de Cádiz, y ellos, por su sectarismo, sólo lo hacen para una parte de esas mujeres.

¿Cuál es el mejor momento que recuerda de sus años de Gobierno?

—Cuando se creó la Fundación Municipal de la Mujer. También me lo pasé muy bien con el Pacto Territorial por el Empleo que pudimos hacer muchas cosas por las mujeres. Me llenó también el nacimiento de Adacca y Agamama. Para mí son parte de mi vida. Las he visto crecer y eso provoca una sonrisa, provoca satisfacción y te llena como persona. También la gente que conoces, por ejemplo en Participación Ciudadana. El movimiento asociativo vecinal de entonces era muy reivindicativo y muy bueno. Con diferentes ideologías políticas, pero muy bueno.

¿Y el peor momento?

—Las acusaciones falsas relacionadas con Matadero. También lo pasé muy mal cuando falleció Mari Luz Mateo, de las mejores personas y técnicas que he conocido. O la pérdida de mi compañero Evelio Ingunza. También me provoca mucha tristeza recordar las horas del secuestro de Miguel Ángel Blanco.

Con el tema de Matadero, ¿volvería a actuar exactamente igual?

—Actué desde la legalidad y con buena fe. No cambiaría nada.

Mercesde Colombo.

¿Cree que fue una ‘caza de brujas’?

—Total. Hubo un contubernio, ideado por algunas, para debilitar al equipo de Gobierno para las siguientes elecciones y además perfectamente organizado.

¿Se hubiera sentido igual de capacitada que con la Mujer para llevar el Carnaval?

—No porque no habría sido nunca una buena concejala de Carnaval. Soy muy pasional y el mundo del Carnaval también. La pasión, es buena compañera, pero a lo mejor me podría haber sesgado mi gestión.

¿Se habría disfrazado Mercedes Colombo de Gades?

—A mí me gustan los tipos de Carnaval, no los disfraces en Carnaval. Pero para gustos los colores. Cada uno se pone lo que cree conveniente en representación al cargo que ostenta, y más en Carnaval que debe de ser libertad. 

¿Qué ha supuesto en su vida Teófila Martínez?

Mi maestra, mi amiga, fue mi alcaldesa. Y de las personas más generosas que he conocido en política. Con sus cosas también. Entre Teo y yo siempre ha habido feeling.

¿Cree que esa relación entre Colombo y Martínez levantó ampollas en algún momento?

—Creo que no. Nunca lo he percibido, ni creo que me hubiera importado.

¿Se presenta a las próximas municipales?

—Mi intención es no. Pero en política no se puede aventurar qué va a pasar mañana. Eso lo he aprendido de Teófila. Yo quiero continuar en política como presidenta del PP de Cádiz. Me apasiona ser la primera presidenta, formar un equipo de trabajo, con gente ilusionada que quiere a su ciudad, con gaditanos y gaditanas dispuestos a darlo todo. Con ideas para el futuro de la ciudad. Y ese trabajo es bonito y necesario.

 ¿Le han pesado las críticas hacia su marido como delegado de la Zona Franca?

— No. Alfonso estuvo ahí porque estaba muy capacitado para ese puesto. Y porque sea marido de Mercedes Colombo no va a coartar su realización ni personal ni profesional.

 ¿Se ha hecho autocrítica tras la pérdida de votos?

—Claro que hemos analizado en qué fallamos, por qué no confiaron en nosotros. Creo que es importante un mayor contacto con la gente. Nos distanciamos y nos perdimos en la burocracia. Necesitamos hablar con verdades y no con falsas promesas como hace Podemos. Escuchar a la gente y saber cuáles son sus problemas y generar los mimbres necesarios para que esta ciudad cree empleo apostando por los empresarios, por las inversiones, por el turismo, la cultura y las pymes, de manera que los gaditanos puedan vivir dignamente. Por eso es necesario que haya gente nueva y preparada.

¿Está contenta con el candidato del PP?

—Claro que sí, con Juan José Ortiz, que está preparado y conoce la institución, que conoce los problemas de la ciudad y que tiene una visión de futuro para Cádiz, con un grupo de gente idóneo, la gente va a confiar de nuevo en el Partido Popular.

¿Cómo se enfocan desde el PP las próximas elecciones municipales?

—Se necesita tener una ciudad abierta a todos los ciudadanos, no una ciudad solo para unos cuantos. Tenemos personas que trabajan en las distintas áreas, que trabajan ilusionadas, cogiendo todos los campos donde se trabaja en un Ayuntamiento para ir con la tarea aprendida y adelantada. Confío en que los ciudadanos vuelvan a querer que el PP vuelva a gestionar, y se vaya la política de parcheo de Podemos que no tiene un proyecto global como tenía el PP.

 

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