El refectorio del antiguo convento de San Andrés de Málaga, donde el madrileño José María de Torrijos pasó apresado sus últimas horas de vida antes de ser fusilado el 11 de diciembre de 1831, renace ahora tras su restauración convertido en Centro de Interpretación Histórica sobre la figura del general liberal.
En este espacio del convento fundado en el siglo XVI, inaugurado ayer por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, permaneció Torrijos junto a los otros 48 participantes en el levantamiento contra el régimen absolutista de Fernando VII para restaurar la Constitución liberal de 1812.
Esteban Alcántara, presidente de la Asociación Histórico Cultural Torrijos 1831, ha recordado en el acto de inauguración que ayer se cumplieron 187 años del encierro en este lugar “de 49 hombres valientes y generosos en sus ideales que arriesgaron todo para que el país estuviera regido por libertades y derechos emanados de un sistema constitucional”.
“Bajo esta bóveda de cañón del antiguo refectorio carmelitano pasaron su última noche en capilla, entre otros, el general José María de Torrijos; Manuel Flores Calderón, presidente de las Cortes en 1823 y uno de los fundadores de los Ateneos en España, o Francisco Fernández Golfín, uno de los padres de la Constitución de 1812”, ha añadido Alcántara.
También formaba parte del grupo el inglés Robert Boyd, que entregó 4.000 libras esterlinas para la intentona, y que junto a los demás sería fusilado la mañana del 11 de diciembre en las cercanas playas de San Andrés, según Alcántara, que ha recordado las palabras de Fernández Golfín en este refectorio al ver que sus compañeros lloraban.
“Amigos leales, no os derrumbéis, pues aquí, sobre estas losas donde nos encontramos, se levantará un día un monumento a la libertad”, auguró Fernández Golfín.
Por su parte, De la Torre ha valorado que este espacio, que “estuvo a punto de perderse ya está lleno de vida” y destacó de Torrijos, al que calificó de “hombre formidable”, su “figura ejemplar, inolvidable y generosa”.