El Skate Art irrumpió con fuerza en Venice (California) en la década de los setenta. Este movimiento artístico en el que se utiliza tablas de skate recicladas como soporte para plasmar dibujos y pinturas, en lugar de lienzos, tuvo cabida, en un primer momento, entre los círculos más underground de Estados Unidos. Actualmente, existe una amplia corriente de artistas que siguen los pasos de aquellos pioneros californianos, solo que ahora estas obras se exponen en museos y salas de arte de todo el mundo.
María Plata ha sabido reinventar este arte, sin perder la influencia de los grandes artífices de este movimiento.
En sus obras , Plata intenta realizar una crítica social pero siempre desde una perspectiva esperanzadora. “Lo que pretendo con mis tablas es efectuar una denuncia social, pero siempre añadiendo algún elemento en el que se vea reflejado que la humanidad aún lleva a cabo acciones bondadosas. Pinto el mundo como debería ser, no como está en realidad”.
El próximo mes de marzo gran parte de su obra viajará hasta la capital belga para ser expuesta en un espacio destinado a jovenes artistas. “Me encanta exponer en mi tierra, pero realizar una muestra fuera de España me hace mucha ilusión. La última vez que realicé una exposición fuera tuvo muy buena acogida”, señala María Plata. “He querido llevar una muestra en la que represente diferentes situaciones; por un lado, llevaré una tabla en la que intento plasmar cómo debería ser realmente la vida de los los niños soldados, los pinto jugando en el barro y no luchando, aunque también incluyo elementos bélicos, no se nos puede olvidar que aún hay más de 400.000 niños viviendo esta triste realidad” -continúa-. “Por otro lado, también reflejo la problemática de la violencia machista, los fantasmas del siglo XXI, como son; las drogas, las guerras, las pateras, el trabajo, el dinero... También, parte de l trabajo que quiero llevarme a Bruselas, manifiesta la problemática referida al plástico y el océano, quiero que Bruselas grite”.
María Plata lleva años pintando tablas de skate, afirma que está próxima al millar de tablas, pero ella no quiere halar de volumen de trabajo, sino de las historias que se cuentan. “Además de las ideas que se me ocurren, también pinto historias que me cuentan. Me gusta dibujar la vida de alguien, pero para ello me gusta sentarme con el cliente, hablar tranquilamente e intentar conocerlo a fondo, sólo así puedo hacer algo en lo que se vea él reflejado, aunque me lleve más tiempo. Prefiero hacer los dibujos tranquila y sin prisas”.
Arte y realidad
María Plata comenzó a pintar desde muy pequeña, aunque bromea diciendo que ahora es cuando encontró su estilo. “Siempre he pintado, pero cuando era pequeña solía fijarme detenidamente en los dibujos que hacía una amiga del colegio, hasta que medí cuenta que eso era copiar y acabé encontrando mi estilo propio”. Aunque lo suyo con el Skate Art dice que es casualidad, “todo comenzó con un concurso del Zoco en Jerez, mi amiga me animó a participar y acabó gustándome”, la realidad es diferente, “el concurso me dio a conocer el movimiento artístico que quería seguir, pero realmente lo que me impulsó a no parar fue cuando los médicos me dijeron que había recaído con mi uvetitis -enfermedad degenerativa que afecta a la vista, una de las principales enfermedades que causan ceguera-. Después de pasar el duelo que trae consigo cuando te informan de algo así, pensé que nunca debía parar de soñar, creer y sobre todo, crear. Tenía dos opciones; pintar y dejarle ver al mundo aquello que sentía o encerrarme en casa y tirarme en el sofá, y decidí realizar la primera opción” afirma Plata, quien añade que “el miedo es capaz de hacernos crear cosas hermosas, sólo si antes hemos afrontado la situación con calma podemos aprender algo de ella. A pesar de todo, no cambiaría absolutamente nada de mi vida”.
Aunque también estudia marketing en la Universidad de Cádiz, Plata no descarta dedicarse a pintar skate toda la vida. “Actualmente compagino el Skate Art con mis estudios, pero si tuviera la posibilidad me plantearía vivir de ello, no sin antes terminar mis estudios. Dedicarse al arte requiere mucho esfuerzo, pero también aunque otros intente negarlo, hay que tener suerte”.
María Plata también se ha embarcado en la creación de su propia marca de ropa, Wood, cuyo logo es la silueta de un lobo y los ejes de un skte. “No podía estar parada, hacía tiempo que pensaba en realizar camisetas o sudaderas en la que se vieran mis diseños para que cualquier persona pudiera disfrutar de ellos, sin necesidad de tener una tabla de skate colgada en su casa. El skate para mí es un elemento decorativo, y no a todo el mundo le gusta, por eso, quise realizar algo en lo que me pudiera acercar a un público más amplio sin dejar de ser yo misma, y así nació Wood”, explica María Plata. “Sueña, cree y crea” ese es su lema.