El pleno celebrado este jueves, 11 de abril, aprobaba el expediente de contratación de un servicio de explotación del espacio gastronómico y turístico de La Trinidad. Lo hacía con el apoyo del grupo socialista y el rechazo de los concejales del Partido Popular y de Izquierda Unida. Según la concejal de Turismo y Comercio, Eva Bermúdez, “La Trinidad Frontera Food” es “un proyecto innovador que hace de la gastronomía un factor de dinamización de la economía local, facilitando la generación de valor añadido en las producciones locales y convirtiéndonos en el primer espacio incubadora de empresas en el ámbito de la restauración a nivel internacional”. Dicho proyecto incluiría “crear un laboratorio de propuestas gastronómicas de la cocina- fusión; desarrollar un nuevo concepto el Museo gustativo ¿a qué sabe la historia? Evolución de la gastronomía a lo largo de la historia (costumbres y cultura asociadas); Un espacio para eventos que impliquen el desarrollo turísitco local y un escaparate de las producciones agroalimetarias y de la oferta gastronómica local”. Por otro lado, y según especificó “el pliego está diseñado para proteger al sector de la restauración de nuestro municipio y aportar valor añadido: formar a personas de las que se pueda nutrir dicho sector, dinamizar y poner de relieve nuestras manifestaciones enoturísticas (gastronomía, cultura, costumbres, patrimonio…. alcalaíno)”.
El espacio, según se ha adelantado, incluirá un museo gastronómico (con exposición y venta de productos locales de gastronomía y artesanía), un restaurante que integrará tradición y vanguardia en su oferta y una academia dirigida a promover entre los profesionales e influyentes del sector, captar nuevos promotores y profesionalizar la oferta gastronómica local. La concesión se hará por 15 años y un montante de seis millones de euros. Por otro lado, el futuro concesionario no podrá realizar más de 24 eventos de magnitud al año y supondrá, como mínimo, la creación de seis puestos de trabajo. La estimación de negocio es de 400.000 euros anuales.
Desde el Partido Popular, Marino Aguilera ha fundamentado el voto en contra, al considerar que el nuevo espacio supondrá una “competencia desleal” para el sector hostelero alcalaíno, y que su irrupción “reventará el sector”. Por su parte, Rafaela López (Izquierda Unida) ha calificado el proyecto de “derroche” y ha puesto en duda que el nuevo espacio pueda generar una facturación anual de 400.000 euros.
Frente a estos argumentos, desde el PSOE, Eva Bermúdez ha defendido que “nosotros pensamos que igual que el Bagá atrae turismo gastronómico para la capital, completa la oferta turística de Jaén y al mismo tiempo va a ser revulsivo para la gastronomía en todo el sector de la restauración de la ciudad, La Trinidad será para Alcalá lo que Bagá es para Jaén. Siendo esta la idea que perseguimos; un establecimiento diferente, con otro nivel de gastronomía, que potencie el conjunto de la gastronomía alcalaína. Por lo que en absoluto es competencia, sino un revulsivo que completará la oferta que hay en nuestro destino turístico. Es un proyecto con fines distintos a lo existente que ayudará junto con la oferta ya existente a posicionar la ciudad de Alcalá la Real como lo que merece ser, única”.