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Motor

Seat Tarraco: el espacio que necesitas

El Tarraco es la opción perfecta para los que necesitan un vehículo de siete plazas y descartan la opción de un monovolumen

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La caída imparable que registra el segmento de los monovolúmenes grandes, en el que milita el Alhambra de Seat, ha hecho que la marca española haya movido ficha y haya incorporado a su gama un todocamino de siete plazas que evite que los conductores que necesiten un vehículo de estas características busquen en otras marcas.

Su nombre es Tarraco -fue elegido en votación popular- y puede elegirse con diferentes motorizaciones gasolina y diésel, con caja automática o manual y con tracción delantera o total (4Drive).

En gasolina las potencias que se ofertan son de 150 y 190 CV, que son las mismas con las que también se comercializa en diésel.

Hemos probado la de gasolina más potente, con el acabado más alto, Xcellence Plus (por debajo están Xcellence, Style Plus y Style), caja automática de doble embrague DSG de siete relaciones y la tracción 4Drive.
    
Es, por el momento, la mejor elección para los que busquen un gasolina dinámico, con la comodidad de una transmisión automática y la seguridad de la tracción a las cuatro ruedas para los días de lluvia o de nieve.

En este punto decir que el Tarraco cuenta con modos de conducción Seat Drive Profile: Eco, Normal, Sport, Individual, Off Road (campo) y Snow (nieve).

Con los dos últimos salir al campo o subir a una pista nevada es más fácil, en conjunción con la tracción 4Drive. Si a éstos se le añaden neumáticos de invierno o unos todo clima se convierte en el vehículo perfecto para ir de un sitio a otro con total seguridad independientemente de la climatología.

Los modos se engranan desde la rueda que hay junto a la palanca de cambios de forma fácil. Según vamos cambiando de uno a otro, nos aparece la información en el cuadro de relojes digital (Digital Cockpit) o de manera más detallada en la amplia pantalla táctil central. El modo Individual es el que más ajustes nos permite hacer de la configuración del vehículo.

En cualquiera de los modos se modifica la respuesta del acelerador, así como la velocidad con la que la caja pasa de una relación a otra. También varían las sensaciones que nos transmite la dirección.

Independientemente del modo insertado, el propulsor de gasolina 2.0 de 190 CV responde bien y mueve con mucha soltura los casi 1.900 kilos del vehículo con el conductor a bordo. 

En ningún caso, ni en modo Sport, el conductor se va encontrar con reacciones bruscas cuando pisa con fuerza el acelerador.

La electrónica y el reparto de pesos han hecho del Tarraco un vehículo muy equilibrado que alcanza cruceros rápidos con prontitud.

La marca le ha homologado una aceleración de 0 a 100 km/h de 8 segundos, que es un registro a tener en cuenta para un SUV familiar de estas medidas (4,73 metros de largo).

Esa longitud no le hace el más adecuado para curvas cerradas y muy continuadas, pero como ya hemos señalado goza de un comportamiento muy noble exento de fluctuaciones destacadas en los trasvases de peso a la hora de entrar en zonas reviradas.

El tarado de la amortiguación y la suspensión también le hace muy confortable. Filtra bien el diferente firme de la vía y sujeta la carrocería en frenadas bruscas y curvas, con lo que evita balanceos.

Donde este vehículo no agradará a todos será en el consumo de combustible. Seat le ha homologado un gasto de gasolina de 9 l/100 km, que hará a algunos pensarse si no será mejor opción el propulsor de 150 CV.

Por lo que respecta al espacio interior, que es lo más buscado por el conductor de una familia numerosa, decir que éste es muy amplio en las dos primeras filas.

Entre conductor y copiloto hay una gran separación, a pesar del túnel central. Las butacas son muy cómodas y pueden calefactarse para el que viaje sea aún más agradable.

El puesto de conducción es elevado -como se demanda en un SUV- y con todo al alcance, lo que es muy de agradecer, a pesar de que cada vez hay menos botones en la parte central de los salpicaderos y la tendencia es a concentrarlos lo más posible en el volante multifunción, lo que conlleva un pequeño período de aprendizaje para no retirar mucho la vista de la carretera.

En la segunda fila la banqueta se divide en una proporción 60:40 y es desplazable longitudinalmente para dar más espacio a los pasajeros de la última o para el maletero (con portón eléctrico y pedal virtual para cuando llevamos las manos ocupadas).
La plaza central es menos cómoda que las de los exteriores por el túnel central y por el apoyabrazos.

En los respaldos de los asientos delanteros hay mesitas tipo avión, como suele ser habitual en los monovolumenes.

Para acceder a la tercera fila, hay que desplazar las butacas de la segunda hacia adelante y tumbar los respaldos. Debido a que el coche es alto, los pasajeros más recomendables son niños, a los que siempre les parecerá una aventura subirse a la parte de atrás, mientras que para adultos es algo complicada, pero no imposible.

Si no son muy altos podremos dejar la segunda fila en su posición más atrasada, pero si han dado el estirón habrá que desplazarla hacia la primera para que éstos tengan espacio para las piernas.

El maletero es espacioso y voluminoso con dos filas (700 litros). Si se opta por utilizar las siete plazas, el hueco para transportar bultos es para dos maletas de cabina. Lo bueno es que con las dos últimas butacas sacadas hay un hueco reservado para guardar la bandeja del cubremaletero, lo que no es muy usual en este tipo de vehículos.

Detalles como éste y los plásticos blandos empleados, así como el retrovisor interior sin molduras o la tapicería con remates en Alcántara, transmiten una sensación de calidad alta. 

Lo mismo sucede con las pantallas TFT del cuadro de relojes y central, que le dan un toque tecnológico también a la altura de los vehículos premium.

El equipamiento es generoso, aunque, al igual que en los Premium y en los diferentes vehículos del Grupo Volkswagen, son muchos los opcionales que se ofrecen a precios algo elevados, otros no gracias a los paquetes de equipamiento.

Es el caso de la pintura elegida para la carrocería de nuestra unidad, la denominada Dark Camouflage, que es un verde elegante que tiene un coste de 1.154 euros.

El Tarraco con la terminación Xcellence Plus sale de fábrica con llantas de 19 pulgadas, asistente de frenada en ciudad con detección de peatones, sistema multimedia de 8 pulgadas, full link, entrada sin llave, cámara de visión trasera, detector de fatiga y asistente de mantenimiento de carril+de detección de vehículos en ángulo muerto.

También llamada de emergencia e-call, 7 plazas, dirección progresiva, faros de LED, cuadro de mandos digital Digital Cockpit, climatizador trizona, portón trasero eléctrico con pedal virtual, sensores de aparcamiento y park assist, modos de conducción Seat Drive Profile, control de crucero adaptativo, asistente de luces de carretera, mesa plegable en los respaldos delanteros, sensores de luz y lluvia, freno de estacionamiento eléctrico y techo panorámico eléctrico, entre otros elementos.

El precio a pagar es de 41.673 euros (a los que como aportación comercial se le pueden restar 3.250 euros).

Entre los opcionales podemos elegir asiento eléctrico del conductor (447 euros), asistente de atasco+de emergencia+reconocimiento de señales (218 euros), cámara 360º (603 euros), control de chasis adaptativo (DCC, 884 euros), cargador inalámbrico+amplificador de señal (218 euros), equipo de sonido premium (551 euros), radio digital (DAB, 218 euros), control de calefacción a distancia (1.050 euros) o sistema de navegación de 8 pulgadas (437 euros, 1.217 si llega navegación 3D y disco duro de 10 GB), entre otros.

En definitiva, el Tarraco es la opción perfecta para los que necesitan un vehículo de siete plazas y descartan la opción de un monovolumen. A éstos decirles que en la gama Seat está el Alhambra, que es más cómodo para transportar a la familia porque cuenta con puertas deslizantes traseras y permite colocar y quitar las sillas de los peques con más comodidad y sin agobios de espacio.

A los convencidos con los SUV indicarles que el Tarraco comparte plataforma con el Skodia Kodiaq y el Volkswagen Tiguan AllSpace. 

No lo tiene fácil en un segmento donde hasta hace poco había pocos competidores, pero que con la moda SUV ha sufrido un importante cambio y la competencia es dura.

Aunque para este tipo de vehículos la mejor opción es una motorización diésel, los mensajes de las administraciones contrarias a este combustible hacen desconfiar a los conductores de una tecnología que ha reducido sus emisiones de NOx a niveles similares a los de un gasolina, a los que aventaja en C02, que es el causante del cambio climático.
 

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