El tarraconense Edu Oriol, que actúa por la banda derecha en el Atlético Sanluqueño y que se adapta a jugar más atrasado o adelantado, está confinado en Sanlúcar de Barrameda, una ciudad a la que se adaptó muy bien cuando se comprometió con la entidad que entonces presidía Manolo Fernández y ahora Miguel González.
Soy feliz en Sanlúcar y no descarto colgar las botas en el Atlético SanluqueñoDice que “ya soy sanluqueños. Mis hijos están matriculados en Sanlúcar y coincidió que mis padres también se encontraban aquí y decidieron no marcharse para Cataluña. Como todo el mundo, estoy deseando que podamos salir de la situación en la que nos encontramos”.
Llega a la conclusión que “con lo que está sucediendo te ayudará a partir de ahora a valorar más las cosas y más adelante que lo puedes contar”.
Edu Oriol se siente cómodo en Sanlúcar y de hecho su compromiso con el Atlético Sanluqueño durará al menos hasta junio del 2020: “Estaba convencido de que ibamos a salvar la categoría. Es difícil que se reanude la Liga y lo que decidan tendremos que aceptarlo. Creo que todo acabará y en que no habrá descensos y sí ascensos para premiar a los equipos que han estado luchando para conseguir dar el salto de categoría”.
A todo lo expuesto añade que “llevamos dos meses sin jugar y haría falta un tiempo de adaptación. Por ejemplo, una pretemporada en cualquier equipo dura cinco semanas. Si la competición concluyera está claro que habría que jugar miércoles y domingos. En la Primera División y en la Segunda División hay intereses y la televisión está por medio. Es más difícil controlar la Segunda División B, que tiene 80 equipos, y la Tercera División, que está compuesta por 18 grupos. Además en estas dos categorías hay muchos jugadores que están trabajando, de ahí que cuadrar los partidos sería más difícil”.
No deja de reconocer que “es la temporada más atípica que estoy afrontando, en el futbolístico y en lo personal. En los objetivos marcados estaba lograr la permanencia en la Segunda División B y pienso que ya se ha conseguido porque no habrá más Liga”.
De su estancia en Sanlúcar dice que “estoy feliz en esta ciudad y no descarto colgar las botas en el Atlético Sanluqueño. Pienso que puedo seguir dando guerra y mientras me encuentre bien allí estaré. El día que sufra y no disfrute lo dejo”.
El jugador natural de Cambrils no ha dejado de entrenar: “El preparador físico Manolo Salado nos marcó un circuito y no paramos de realizar ejercicios. También tenemos video llamadas en grupo. Echo de menos jugar. En el jardín de mi casa golpeo el balón con mi hijo de 5 años y con mi hija de 3. Hemos destrozado alguna que otra planta. Ellos entienden lo que está pasando. Han sido conscientes de que había un virus y que por eso no se podía salir a la calle”.
De cómo ha afrontado esta situación resalta que “al principio se decía que era un virus pero la cosa fue a peor con los contagios y fallecidos. Hay personas que no se han tomado en serio tomar medidas cuando lo que había que hacer era tomar precauciones. Hay que ser solidarios con los policías, sanitarios y con la gente que ha puesto en riesgo su salud por el país”.
De lo que puede suceder en un futuro con las competiciones deja claro que “el fútbol sin espectadores no es lo mismo pero si se tiene que jugar se jugará. La vida es más importante que golpear un balón y también cuando se vuelva a jugar al fútbol que haya garantías. El fútbo seguirá existiendo en un futuro porque lo habrá pero sin el temor a que haya contagios”.
Edu Oriol, que tiene 33 años, está curtido en mil batallas. Ha pertenecido al Pobla de Mafumet, Sant Andreu, Barcelona B, Zaragoza, Khazar Lankaran, Limassol, Blackpool, Rapid de Bucarest, Llagostera, Tenerife, UD Ibiza y Atlético Sanluqueño.
Ha jugado en las Ligas de cinco países, por este orden España, Azerbaiyán, Chipre, Inglaterra y Rumania.
Todo hace apuntar a que, como el mismo ha reconocidio, que el Atlético Sanluqueño puede ser el club en el que cuelgue las botas. Ha demostrado en El Palmar y en los partidos que ha disputado que atesora mucha calidad, la que le ha dado las muchas temporadas jugando al fútbol. Ahora confía en que la normalidad llegue cuanto antes, que no se sabe.