Guédiguian, que en 2000 ya ganó la Espiga de Oro del Festival de Valladolid con La ciudad está tranquila, evoca ahora las acciones subversivas de un grupo de la resistencia formado por extranjeros, que luchó en París contra la ocupación de las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial.
La película describe las acciones de esta agrupación, formada por 22 hombres –entre ellos un español–, que fueron fusilados en febrero de 1944, y una mujer, decapitada el 10 de mayo de ese año.
Con una estructura de milicia y siempre desde la clandestinidad, los miembros de este comando de la resistencia organizan atentados contra personas y puntos estratégicos de la ocupación, lo que acaba por llamar la atención de la Gestapo en colaboración, a su vez, con la Policía francesa.
Todo ello en una ciudad como París, cuyas gentes conviven y se mezclan con las tropas alemanas y donde determinadas colectividades como comunistas y judíos son perseguidas, torturadas y deportadas a los campos de exterminio nazis.
En una rueda de prensa tras la proyección, Guédiguian aseguró que con L’Armée du crime (El ejército del crimen) ha pretendido rescatar la labor que realizaron esos combatientes, que tenía la sensación de que “había caído en el olvido”.
También ayer se estrenó, aunque fuera de concurso, Luna caliente, el último trabajo de Vicente Aranda, ambientada en la España de 1970 –durante la celebración del denominado Proceso de Burgos– y que protagoniza Eduard Fernández, para dar vida a un hombre gris y sin motivaciones que, accidentalmente, se descubre a sí mismo.
Aranda (Barcelona, 1926) propone en Luna caliente un viaje interior, en la que los principales mensajes son el control de la mente humana y la variedad de personalidades que ésta puede contener. “No podemos controlar la mente humana. Tenemos distintas personalidades”, dijo el realizador, que debutó en 1964 con Brillante porvenir.